Tragedia en Chiquitania
> Militar en servicio pasivo asegura que es fundamental la creación de batallones ecológicos
El coronel en servicio pasivo del ejército, Jorge Santistevan Justiniano, plantea aislar el campo con maquinaria pesada y uso de productos químicos extinguidores para hacer frente al incendio de sexta generación que está arrasando con los bosques de la Chuiquitania.
Santistevan explicó que nunca antes los parques de la Chiquitania estaban en riesgo a los incendios de la magnitud actual, siendo que de alguna manera el ambiente y atmósfera reinante no lo permitían, sin embargo, dijo que ello cambió a partir del asentamiento de los colonos en complicidad de algunas autoridades locales que tenían conocimiento del hecho, y quienes ahora “hipócritamente” simulan preocupación.
Manifestó que los bosques de la Chiquitania que nacieron hace varias centurias están viviendo un “estrés forestal”, por lo que urgen medidas de mitigación efectivas.
ACCIONES
El coronel plantea, como una primera acción, aislar el campo con maquinaria pesada, para cortar la continuidad del bosque evitando que se propague el fuego.
La segunda acción planteada tiene que ver con una trabajo combinado entre aire – tierra. “Deben combatir el fuego con cisternas aéreas de última tecnología, para el lanzamiento de agua y de productos químicos extinguidores, lo mismo para el equipo de tierra, además de material de zapa (palas, picotas, excavadores, entre otros); también en ciertos lugares aplicar la técnica de “contra- fuegos”, organizando un fuego pequeño para apagar el fuego de mayor tamaño”, explicó.
SEXTA GENERACIÓN
Santistevan aclaró que el siniestro que vive la Chiquitania corresponde a un incendio de sexta generación.
“Un incendio se clasifica en cinco niveles: bajo, moderado, alto, muy alto y extremo, cuando sobrepasa este último nivel se denomina incendio de sexta generación, cuyas llamas alcanzan grandes alturas alterando la estructura vertical de la atmósfera, creando cúmulos de tormenta que se extienden en gran radio de acción, recalentando las ramas, follaje y árboles que se convierten en combustible produciendo un incendio de mayor intensidad”, explicó.
Refirió que los incendios de sexta generación se alimenta de la temperatura alta, aire seco y de vientos que superan los 12 nudos.
RESPONSABILIDAD
Aseguró que la tragedia chiquitana es producto de una oleada de incendios forestales provocada por la mano del hombre que no se atendieron oportunamente, por lo que recae en responsabilidad administrativa en todos los niveles del Estado, cuya mayor incidencia es en el actual Gobierno, que al disponer de un Viceministerio de Defensa Civil, no previo planes de contingencia y no priorizó, hasta la fecha, la declaratoria de desastre nacional.
BATALLONES ECOLÓGICOS
“En mi experiencia como militar, debo manifestar que si el Gobierno tiene la voluntad de una verdadera pausa ecológica y dar una señal de que no estaría dotando, ni vendiendo la tierra negra a grandes inversionistas nacionales y extranjeros, reorganice e instale “Batallones Militares Ecológicos”, que se asienten en los parques y su labor sea el proteger los mismos hasta su recuperación total ya que esta sería nuestra última oportunidad de ganar la guerra a los incendios”, aseguró.
Manifestó que no se debe temer a declarar desastre nacional, para obtener apoyo internacional porque en Bolivia no tenemos la tecnología adecuada. “Lo contrario es confirmar la hipótesis de un negocio político y económico a gran escala con la tierra y los bosques del estado boliviano”, advirtió.
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