José Luis Santistevan Justiniano
Tres elementos para analizar la confrontación política en Santa Cruz:
1.- La lucha por autonomías fue truncada el año 2008, cuando el gobierno centralista acorralado recibió como bendición del cielo el referéndum revocatorio, el mismo que otorgó a Evo Morales dos tercios de votos y defenestró a dos gobernadores, persiguió y encarceló a los opositores. Inmediatamente del revocatorio se utilizó el procedimiento de la judicialización del conflicto para cambiar agenda y consolidar el uso de poder totalitario vía policías, fiscales y jueces. El caso denominado terrorismo y toma de instituciones son casos emblemáticos que marcaron el inicio del fin de la lucha autonómica.
Después de 10 años Santa Cruz vuelve a ser el escenario de utilización del mismo modus operandi del gobierno para cambiar la agenda y la retoma del poder político perdido en el 21F. Frente a un gobierno acorralado por la tragedia chiquitana y el desacierto gubernamental.
No hay dudas que el enfrentamiento, hoy judicializado con detenidos, distrae la tragedia chiquitana y la lucha por el 21F ante las medidas anunciadas de cabildos y paros y pone en alerta al Comité Pro Santa Cruz y sus instituciones como una advertencia: El Gobierno actuará de la misma forma que con los detenidos, así, el gobierno toma oxígeno y distrae la agenda que lo mantiene acorralado.
2.- El proceso electoral, que mantenía encumbrado al gobierno del MAS a su cuarta victoria, gira hacia a la segunda vuelta por el apoyo perdido en Santa Cruz, plaza donde ganó las últimas elecciones y le otorgó dos tercios a nivel nacional. Hoy esta pérdida de confianza le puede generar la segunda vuelta, sin embargo, no hay que perder de vista que en la plaza cruceña, la más fuerte en este momento, hay tres candidatos, no sucede lo mismo en el resto del país, donde la disputa es entre dos. Entonces las elecciones del 20 octubre retoman la agenda política opositora y Santa Cruz puede definir la segunda vuelta.
3.- La confrontación política con el gobierno encuentra una Santa Cruz sedienta de nuevo liderazgo que asuma el rol contestatario al Gobierno del MAS. En los últimos 10 años el proceso de lucha autonómica fue abandonado, la tragedia chiquitana desvela la falta de control del territorio. El abandono de la gestión autonómica reduce la autonomía al rol reaccionario. Está muy claro que el fin del liderazgo político cruceño iniciado el año 2005, en los niveles de gobiernos autónomos, ha llegado a su fin y necesita renovarse. Del mismo modo, el liderazgo institucional, ante los duros cuestionamientos de pactos con el gobierno del MAS por encima de los derechos democráticos de toda una región, necesita cambiar de rumbo.
Ese es el nuevo rol vital que ha asumido el Comité Pro Santa Cruz frente a todo lo que se avecina y el rol ciudadano frente al proceso electoral del 20 de octubre.
El autor es M.Sc. Abogado constitucionalista.
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