Todos los bosques que el planeta Tierra pierde por la acción de los fenómenos naturales requieren de mucho tiempo para recuperarse, es decir hasta uno o más siglos para reponer riquezas que poseían. Precisan además inversiones y cuidados. Los incendios producidos en la región de la Chiquitania han causado daños irreparables que ni el tiempo podrá compensar totalmente. Tan solo para la recuperación de árboles y plantas destruidos por las llamas y que prestaban grandes beneficios a la humanidad, se necesitará de tiempo y, sobre todo, atenciones tecnológicas y científicas para que su crecimiento sea normal y que las características que consiga sean similares a las destruidas por el fuego.
Técnicos experimentados y que pertenecen al Herbario Nacional con mucho conocimiento han expresado conceptos claros sobre las consecuencias del fuego en la región amazónica y en toda la Chiquitania que, en ambos casos, tienen características diferentes. Sostienen que hay casos en los que se requerirá hasta 100 y 200 años para lograr una recuperación plena, que hay vegetación que precisa cuidados y atención permanentes; árboles que llegan a los cuarenta metros de altitud y otros que oscilan entre los diez y veinte metros; árboles que precisan de mucha agua y otros que se “acomodan” a crecer con poca agua porque tienen contenidos interesantes en sus troncos; “hay muchos árboles que están habituados a diversos climas, algunos que pierden sus hojas en la época seca, bastantes plantas espinosas y que están adaptadas a condiciones especiales”.
Manifiestan que la región de la Chiquitania no es propiamente la Amazonia, que es más húmeda y donde el tope de crecimiento vegetal puede llegar a los cuarenta metros de alto, a diferencia del bosque seco, cuyo límite son los “diez y siete metros de altura”. Afirman que “Hay árboles que crecen en el bosque maduro o primario que también ha sido afectado por el fuego y cuyo desarrollo pleno implica uno o dos siglos. En el campo de la fauna, ciervos, armadillos, cerdos silvestres, reptiles, roedores y aves propias del lugar, que ya han sido diezmados en parte por la “cacería”, y los restantes se han mudado a bosques espesos que también ha sido afectados por el fuego”.
Un técnico sostiene que “una vez superada la contingencia, se haga una evaluación de la afectación al ecosistema y se debe tomar en cuenta que no toda la zona ha sido afectada de la misma manera. Es importante que se trabaje en políticas de ‘manejo del fuego’ que muchas veces no se justifican, puesto que la zona no siempre es apta para la agricultura. Lo que se ha producido en Bolivia, en el ingreso previo a la cuenca amazónica, ha sido un retroceso en la lucha contra el cambio climático”.
Cuanto más pasan los días, más se establecerá los múltiples daños causados por el fuego y es el gobierno, conjuntamente especialistas, el que debe establecer causas y buscar medios y sistemas preventivos, porque lo ocurrido en las últimas semanas no solo nos afecta a nosotros como país sino a toda la humanidad, porque daña al ecosistema y, en general, a todo lo que signifique vida.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |