Violencia política y elecciones

El concepto de violencia política es utilizado en Ciencias sociales y políticas. Han estudiado el papel de la violencia política en la historia teólogos, filósofos, historiadores, politólogos y sociólogos, como Tomás de Aquino, que autorizó en el Siglo XIII el levantamiento popular contra los gobiernos tiránicos. En el Siglo XVI, Nicolás Maquiavelo decía que la razón de estado justifica a veces realizar el mal menor para evitar el mal mayor y la crueldad puede estar justificada en un buen gobierno, ya que la política es una realidad ajena a toda moral, si es que es a hombres a los que hay que gobernar.

Personas, grupos, religiones y algunos regímenes políticos suelen creer que la violencia política no sólo está justificada, sino que es necesaria para lograr objetivos políticos y algunos gobiernos la usan para intimidar a sus poblaciones. La pasividad de un gobierno también puede ser tomada como una forma de violencia política. Por ejemplo, cuando en vísperas de la Guerra Civil Española, el Gobierno republicano decidió no intervenir ante el incendio y pillaje de iglesias, y reprimió muy tarde los actos violentos de grupos paramilitares comunistas y anarquistas a los que permitió que se les diesen armas.

El 20 de octubre habrá elecciones en Bolivia. Por su parte Evo Morales, que debería dejar su cargo, ya que el pueblo boliviano en un referendo dijo no a su repostulación, insiste contra lo que dispone la CPE.

Las elecciones son un desafío sin precedentes y las de octubre están en un contexto “muy complejo”, no sólo porque son las más costosas en la historia boliviana sino también porque la violencia prevalece y se profundiza en todo el territorio nacional.

Durante estos últimos 13 años no se ha frenado la desigualdad social, al contrario de lo que pregonaba el oficialismo, y se ha empezado a tocar fondo en casos de “corrupción”, autoritarismo, narcotráfico, contrabando y toda forma de inmoralidad en la administración pública. Bolivia requiere un cambio de régimen para atacar estos problemas que lastiman a los bolivianos. Analistas dicen que se está ante una “contienda muy reñida”. Los partidos que se dicen de izquierda, colaborados por empresarios del oriente boliviano, de la CAO, calificados como la nueva oligarquía, y políticos de diversas tiendas del pasado vuelven a colocarse en el frente electoral, con la sigla MAS, con cierta ventaja. Pero consideran la posibilidad de que esa ventaja se reduzca conforme avancen los días, según la posición que logren los candidatos ante una marcada indiferencia de no decididos, que son gran porcentaje y que definirán al próximo gobierno.

La violencia política y la corrupción son temas de agenda en lo últimos años, especialmente a partir de las revelaciones de escándalos que impactaron a la administración del presidente Morales, cuyos males se encubre y la ciudadanía no denuncia por temor a juicios, forma de violencia que el gobierno viene utilizando contra quienes critican sus desmanes administrativos.

Por otro lado, muchos justifican la movilización de grupos ciudadanos y organismos juveniles contra el régimen político gobernante, debido a la responsabilidad oficial en incendios promovidos en el oriente y hoy es tomado como tema de debate por los candidatos.

También se ha anunciado un paro cívico a nivel nacional, contra la considerada ilegal re-postulación del binomio oficialista, que podría dar lugar a hechos de violencia, de una u otra forma.

El autor es abogado.