Estoica, la población se mueve con rigurosa infantería

Recta final del “primaveral” septiembre, con duros episodios en el país.

Hace 50 años, 26/09/1969, Ovando Candia encabezó el golpe de Estado militar-civil. Varios dirigentes políticos involucrados, entre ellos, Quiroga Santa Cruz. Dictadura y supresión de la democracia, reinstaurada en 1982.

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Hoy, tiempos cómplices e impunes: Bolivia, al rojo vivo, por incendios pentaelectorales.

Dantescos: Vórtices piro maniacos deliberados contra la maravillosa naturaleza. Calcinación y tizones infernales. Rescoldos de la envidiable floresta nacional e irrepetible reino animal. “Chaqueos” criminales como abyecta “tradición ancestral” demonizada.

Bizarros bomberos estatales y diversos voluntarios mártires. El Boeing “imperialista” acciona su utilidad. ¿Y, el “hermano” Illyusin?, (“luchín”). Aunque demorada, es valiosa la ayuda internacional.

Vista gorda, dejadeces oficiales e improvisaciones, ignición del flamígero ciclón.

En la holocáustica historia crematoria, Nerón se solazaba cuando incendió Roma.

En la II Guerra Mundial, Hitler ordenó e inquirió al general Von Choltitz, ¿Arde París?

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Ignominia reelectoral: 20 de octubre, fecha paceña subestimada desde el poder, reenseñoreará al piélago, dicen, hasta el Bicentenario/2025. Ausentes, cuando fue rescatada la democracia, detentarán la obra gruesa llamada Bolivia, con ultimación a la inmensurable República forjada por Bolívar y el Mariscal Sucre, padres y testadores de libertad, territorio, océano Pacífico, puertos, sistema constitucional-institucional, epopeyas trascendentales y fundamentos democráticos epónimos, ahora a tras mano de la “nueva” historia.

Bolivia, nació con dos institutos primigenios jurídicos previos: El Decreto del 9 febrero 1825, y, el más trascendental, el Acta de la Independencia Nacional.

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Parada Militar en Trinidad, 7-8-2019: el Capitán General se mandó desequilibrante peroración. Sonó a rearme militar, incompatible con el Estado pacifista que propugna Bolivia, según el Artículo 10 CPE.

Ante “Pepe” Mujica, (quien declaró al New York Times, que “los gobiernos reelectos son monárquicos”, El Deber/Santa Cruz, 07/01/2013), incurrió en impericia, diríase, al no denunciar situaciones peligrosas. Pie de agresión y guerra geográficamen te no muy lejos.

La sensatez colige que la colindancia pentagonal castrense no permanece arrobada en platónico onirismo. El sensible recelo militar externo acopia las “novedades”, a beneficio de inventario estratégico y sobre todo “defensivo”.

La suspicacia común columbra, empero, que los “fierros”, podrían apuntar al pueblo “al que se deben”. Sería inquietante. En cuatro décadas, las FFAA manejaron responsabilidad y decoro en comportamiento constitucional-democrático. El país aquilata el encolumnamiento militar como soporte del estado de Derecho (al parecer, apolítico y en lo posible perenne), y la gestualidad de sus cuadros consagrados a la defensa nacional.

Sin embargo, el tableteo del Comandante en Jefe en agosto 7, hirió el sentimiento de numerosos bolivianos acusándolos de “antipatrias”, como si ellos hubieran perdido el mar y fracasado en La Haya. Disparó contra políticos de toda estofa. Éstos, con artimañas, “chuteos”, avivadas, histrionismos, arribismos y penumbras, así y todo, contribuyen a salvaguardar la democracia.

No obstante pertinaces crisis políticas, sociales y económicas permanentes; humillaciones en salud, educación, desempleo, corrupción-corruptores, avivadas cotidianas; cuentos del tío y cuentos chinos a granel; inseguridad, narcotráfico, jukeos y delincuencia diversificada, constituyen fenómenos irresueltos.

No aguardar rendición de cuentas, porque demostrarán lo contrario.

Merecedora de mejor semblante, Bolivia sin salto al futuro.

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¿Por qué el título de este enfoque?

Por el crónico estado de cosas vistas y oídas. En atmósfera convulsa, la sociedad boliviana encara azotes como violencia, huelgas/paros, depredación, “movimientos sociales” sediciosos protegidos. Mafias prepotentes “movilizadas”. Con semejante desmadre, bloqueada e implícitamente conminada, la gente debe moverse a talón, planta y punta. El vidrioso panorama la obliga a echar mano de formas domésticas para seguridad familiar.

Ante lo cocinado, botar por ganador seguro.