Víctima de violencia no logran iniciar proceso

Mariel es la víctima de violencia intrafamiliar, que desde el mes de marzo interpuso la denuncia en la población de Achacachi, pero que hasta la fecha no obtienen resultado, mientras que el agresor continúo ejerciendo la violencia para que desista.

Son más de cinco meses que ella no solo vive con temor, no sale a la calle si no es acompañada por su mamá, por temor a ser interceptada por su expareja quien constantemente la atemoriza, con la finalidad de que ella pueda desistir de la denuncia de violencia intrafamiliar que interpuso ante la instancia policial en dicha localidad.

“Mi caso está en el juzgado de esa población, pero que desde hace meses que interpuse la denuncia tanto el fiscal, como a la instancia de investigación en Achacachi que hasta el momento no definen la orden de aprehensión en contra de mi expareja, él constantemente me está hostigando, me busca quiere que desista de la denuncia y cada que me encuentra me pega, me agrede, la última vez incluso ha llegado a la casa a agredirme y a violarme, es por eso que estoy haciendo fila ante el médico forense”, explicó.

El acusado, si bien ahora tiene orden de mandamiento de aprehensión, de forma constante “se burla de las instancias judiciales y policiales” porque cambia de lugar de trabajo, ahora se ubica en El Alto, y vive en algunos meses en Achocalla y otras en Achacachi, aspecto que genera temor en su víctima que a la fecha observa que ninguna instancia de Achacachi logra aplicar mecanismos de protección en favor de ella y su hija.

El fin de semana, la joven madre fue interceptada en una población próxima a Achacachi, donde el hombre nuevamente insistió en que ella desista de la denuncia de violencia intrafamiliar y pese varios compromisos de no hacerle daño, por segunda vez la víctima fue agredida sexualmente, razón por la que la mujer en la jornada de ayer solicitó ser analizada por el médico forense.

“Este hombre trabaja con uniforme, él se va a otras poblaciones y no llega nunca a las audiencias, si bien ya hay apremio, el sigue apareciendo para que retire la denuncia”, explicó.

La fiscalía y la instancia policial no definieron ninguna política de resguardo y protección a la víctima y como este caso, muchas mujeres víctimas de violencia intrafamiliar quedan en el abandono, buscando mecanismos de protección de forma individual, arriesgando sus vidas, “ya no camino sola en las calles, por lo general pagamos taxi para ir algún lado y retornar a mi casa, siempre estoy acompañada y en Achacachi tomo taxi para llegar hasta mi comunidad”, explicó Mariel.

De acuerdo con el exfiscal Juan Harandilla observa que los casos de violencia intrafamiliar y doméstica por semana superan las 100 denuncias, de todos ellos el 1 % logra obtener medidas de protección de las instancias judiciales y de investigación, el restante está en el abandono.

“De 100 casos que se denuncia ante el Ministerio Público sobre diferentes delitos, 40 están relacionados a violencia intrafamiliar y doméstica y de ellos, ningún caso es resuelto y corren el riesgo de concluir en feminicidio. Es por eso que incluso se están creando comités para investigar, han creado una comisión un parlamento de la mujer que a la final tiene el riesgo de crear un error judicial”, explicó la exautoridad.

En cuanto a los errores judiciales, los mismos se enmarcan cuando él o la juez realiza un dictamen (sentencia) como resultado de la presión social y no basado en las pericias o pruebas científicas acumuladas y que demuestren la culpabilidad del acusado.

“Aspecto que genera que los estándares probatorios se reduzcan, que las sentencias sean definidas por presión y no por evidencias científicas acumulados en el proceso de investigación. En algunos casos con solo una declaración realizada ante la psicóloga de acuerdo a la Ley 348, muchos acusados están siendo pasados a la detención preventiva en la cárcel, cuando el caso no tiene pruebas probatorias científicas”, observó Harandilla.