Del incendio en la Chiquitania, al margen que ya es un “desastre nacional”, sus gravísimos efectos tienen incidencia innegable en los países amazónicos y el mundo entero, en relación con el medio ambiente y el ecosistema. Cómo puede una desatinada medida del gobierno causar tanta desgracia. Científicos entendidos en el problema indican que se ha llegado a nivel de incendio de sexta generación. El excesivo calor ha causado una acumulación de nubes “Piro Cúmulos”, a 4.000 metros de altura, que pueden hacer llover fuego (literal). Esas nubes de fuego se concentran en el sector donde se originó el incendio. De producirse tal fenómeno, el daño sobre Roboré será inimaginable.
Con el cálculo político de indianizar el oriente, autorizar la invasión de campesinos y cocaleros, creímos que el único objetivo era Roboré (Chiquitania), llegando ahora a toda Santa Cruz. Los asentamientos fueron la base principal del contubernio, donde la CAO ratifica su pedido de “ampliación de la frontera agrícola”, a fin de sembrar soya y pasto para la cría de vacas y exportación de carne a China. Se dijo que empresarios le habían regalado un caballo carísimo, regalo que seguramente lo entusiasmó tanto que aceleró la firma del decreto 714, que sentenció a muerte a la Chiquitania.
Por tanta irresponsabilidad y negligencia no se tomó previsiones, no se analizó las condiciones de la región, donde el humus del monte no pasa de 6 a10 centímetros de espesor. No se estudió con seriedad y profundidad los diferentes factores que se debía tomar en cuenta para tal decisión. Aparentemente observamos una creciente auto-percepción colectiva de “pertenencia regional”, o sea la identificación de los cruceños con su región, así como las fieras en África defienden su territorio a muerte.
No se tomó en cuenta la existencia del Plan de Ordenamiento Territorial, un proceso del uso y ocupación del territorio, ordenado y supervisado, con planes y procedimientos que regulan y orientan el uso del suelo, que ayudan a los planes estratégicos del desarrollo sostenible, el buen aprovechamiento y uso adecuado, logran una armonía entre los grupos sectoriales y el territorio. No dieron mayor importancia a la protección de nuestra riqueza amazónica, de parques, áreas protegidas, la vocación de cada región, sea la ganadería, agricultura, la minería, las de superposición y otro tipo, etc.
Así mismo, se ignoró la existencia del órgano de Seguridad y Defensa Nacional (COSDENA), donde se trata la Seguridad Interna del país, que es integral. Una vez en función el Consejo de Defensa, organiza un cuerpo multidisciplinario encargado de evaluar las dimensiones y la logística para combatir el desastre provocado que atenta contra la integridad de la Nación, propone determinaciones de gobierno, medios a emplearse, estrategias y la participación de instituciones del Estado y otros. Al obviar a estas dos instituciones importantes, descuidaron e improvisaron gabinetes con gente que desconoce las técnicas y estrategias para combatir el fuego. Más pudo la soberbia y el deseo de continuar manejando a gusto y sabor la “hacienda”.
La estrategia política del gobierno destructor radica en indigenizar el oriente con una intención negra, plantar coca, y se debe apurar estas operaciones, antes de las elecciones. Recordemos las 700.000 hectáreas de 2010 (en Beni y Pando) que el incendio destruyó, es decir la capacidad de contribuir al ciclo de vida, desapareciendo casi toda su biodiversidad. Los pobladores (castañeros) ya no tenían medios de supervivencia, ahora desocupados y afectados por el medio ambiental. Como siempre, se dijo que fueron incendios accidentales, debido a la época seca, escondiendo la verdadera razón del desastre.
Estos incendios sumados (Chiquitania), fueron provocados y no se quemó por necesidad, es un proyecto político en juego con economías oscuras, por la coca, la codicia y la inconsciencia. Cuando se supo de los primeros asentamientos al amparo de la noche y en silencio, el gobernador debía tomar las previsiones del caso, sacar a tiempo la Ley Departamental que prevé y protege el patrimonio cruceño y el eco-sistema. Recién cuando el daño es irreversible, la pone en práctica y declara la “Pausa Ambiental”. Desde luego, es una medida acertada que se la debe mantener con firmeza. Fue Roboré que denunció y resistió la colonización de parques y áreas protegidas, nadie ayudó o dijo algo, mientras los cocaleros y campesinos estaban en apronte, esperando el decreto del chaqueo, desmonte y quema. Es aquí que la ignorancia en estas tareas tomaría su parte, es de suponer que la CAO haya contribuido mucho a la realización de estas funestas operaciones.
No se quiere declarar “Desastre Nacional” porque se teme la auditoría de las organizaciones internacionales, que identificarían que el incendio realmente fue provocado y que existen culpables intelectuales (Evo Morales y Álvaro García Linera). Se continúa incendiando cuando el pueblo cruceño está sufriendo las consecuencias de esta conflagración. El Estado se convirtió en enemigo de la naturaleza, lo que desgracia al país.
En la primera reunión del ALBA, Hugo Chávez entregó a Evo Morales la adenda, documento draconiano y criminal, que impone como estrategia en la lucha contra el pueblo, la triada de la “mentira, engaño e hipocresía” y el empleo de la demagogia, principios de sometimiento al pueblo.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |