El presidente J. D. Perón al retornar del exilio en 1973, según S. Taladrid, NYT, dijo: “No es que fuimos buenos sino que los que vinieron después fueron tan malos que nos hicieron quedar bien”. Muere un año después de presidente y deja el “peronismo”, un movimiento suelto y subsidiado estatalmente con recursos crediticios, que dura. Hoy urge empalmarlo políticamente con sanear económicamente el país. El gobierno de M. Macri, tras sanear las cuentas del gobierno, elimina subsidios lo que ofende a mucha gente que el 11 de agosto de 2019 vota contra su reelección y contra la vigésima segunda participación del Fondo Monetario (FMI) en Argentina… pese a haber recibido esta vez el paquete financiero más grande de la historia del FMI. Para muchos el “Cambiemos” de Macri los ha empobrecido lo que ha venido evocando al peronismo como salvador… lo que no es sencillo por la elevada deuda impaga que dejó el peronismo a Macri.
Hoy Argentina enfrenta otra crisis de deuda, dice Project Syndicate. Según el ministro de Economía H. Lacunza: “el problema económico del gobierno es cómo llegar a un acuerdo político-económico con la oposición” de modo que acreedores en potencia y los existentes lo acepten a fin de que las obligaciones se reprogramen y el país comience a extraerse del marasmo económico-social que lo agobia mucho tiempo. A menos de un mes de las elecciones y la toma presidencial del diciembre 10, los bandos políticos y especialmente los funcionarios del gobierno saben que llegar a un acuerdo con acreedores antes o después de las elecciones es imprescindible para que el país respire financieramente y las inversiones lleguen. Macri afirma que sin un acuerdo político, ni éste ni el próximo gobierno podrá negociar… Argentina tiene que recuperar credibilidad y crédito en el mediano y largo plazo durante el presente mandato y el próximo.
Según Bloomberg, el gobernador de Tucumán, J. L. Manzur, allegado al candidato peronista Alberto Fernández, dice que éste cumplirá con los compromisos de deuda de Argentina y mantendrá una relación de trabajo positiva con el FMI para estabilizar la economía desmantelando los controles de capital impuestos por el gobierno de Macri a fin de detener el éxodo de reservas del Banco Central. “Imaginamos una relación madura estrictamente institucional que reconozca la realidad de Argentina… Fernández es fundamentalmente un hombre de diálogo y consenso… y está trabajando con gobernadores provinciales, líderes sindicales y representantes de empresas para conformar una gran coalición”. El 24 de septiembre el Director Interino del FMI, D. Lipton, dijo que ese día había tenido una buena reunión en Nueva York con el presidente Macri, el ministro H. Lacuzna y el banquero central G. Sandleris, y que las recientes medidas habían calmado los mercados de Argentina. Destacó que la cooperación continuaría.
La verdad macroeconómica de Argentina es que tiene que continuar implementando las medidas fiscales, monetarias y de tipo de cambio del programa del FMI. Más gradualismo prologaría las penurias y fortalecería la oposición de por sí soliviantada. Además debe adoptar reformas estructurales como reducir el sector gobierno sobre todo las jubilaciones. Como dice la economista A. Krueger: “si el paciente toma la medicina y continúa fiesteando, quizá disfrute de unos años de estabilidad pero luego se verá obligado a acudir al doctor.” Al final la solución debería encontrarse mucho más dentro de Argentina que fuera de ella… y ojalá haya llegado la hora.
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