Juventud “revolucionaria”, ¿cuál es?

Álvaro García Linera pide a los “jóvenes” -ex aliados- cruceñistas que violentaron las casas de campaña del MAS en Santa Cruz que no destruyan Bolivia y la democracia. ¡Ah, caray, las casas de campaña del MAS habían sido Bolivia! Como es su costumbre, apela al eufemismo “violencia” para connotar que solo la juventud revolucionaria tiene futuro. El inefable JiliriIrpiri Evo pide a los junior asumir una posición revolucionaria, y mantener el crecimiento ¿Cuál? Veamos.

Las intenciones de envenenar, enterrar vivos a los opositores, es de revolucionarios, ¿tienen que haber muertos para que sea ello? No, como no es revolucionario prometer lo que sea a cambio del 100% de votos, imponer candidatos a dedo, no respetar a los cerca de tres millones de ciudadanos que el 21F16 dijeron No a la re-repostulación, llevar colonizadores –electores- al oriente, ser “indígena sin serlo, denominarse de izquierda cuando en los hechos son de derecha, disimular la anomia en la que han entrampado al país, “pisotear” la CPE, la democracia, uf… ¡eso no es revolucionario!

Por donde se mire, -salvo contadísimas excepciones- los jóvenes ni siquiera saben que es políticamente: ideología, izquierda, derecha, socialismo, capitalismo o neoliberalismo. En las narices del abúlico gobierno, jóvenes son genuflexos ante lo pluricultural, los mitos; las tradiciones, pero, solo para bailar, en complemento con un exceso de consumo de alcohol, ahora promovido sin disimulo en el punto 12: disfrute y felicidad plena de nuestras fiestas y el 13: reencuentro soberano con nuestra alegría, felicidad, ofertado en la agenda 2025 del MAS. Así, esa juventud políticamente es cero a la izquierda.

Los otros -o juventudes evistas- a los que -probablemente- se refiere el gobierno, igual que los primeros, están en otro “tren”, y es que la generalidad por años han sido deseducados mediante la Ley 070 de reforma educativa del MAS. La idea de “adoctrinarlos” en la impronta indiana, devinieron en eclécticos (oportunistas) y muchas veces en delincuencia, y es que han sido privilegiados con todo tipo de derechos flexibles y coloniales que políticamente “le meten nomás”, “mecánicamente”. Son tan ingenuos (irresponsables), sobre todo la juventud de occidente, que ni por asomo conocen lo Nacional Popular (Zavaleta). Optan por su “propio” modelo de vida (también a lo gringo). Con Pierre Bordeau diría que ¡son pragmáticos!, no aceptan ni rechazan nada, excepto lo profano, pero fingen ser “evistas”.

Pero esta dicotomía juvenil se hace añicos, pues ambos “bandos son “digitales”, genuflexos ante el WhastsApp que los “deforma” de manera cognitiva (mentalmente), afectiva (emocionalmente) y ejecutiva (comportamentalmente). Con Louis Althousser, diría que se apropian de realidades profanas, eximen su libertad y exageran su libre albedrío. Se agrupan en torno a las redes sociales para compartir gustos (raros), formas de vestir (con desechos de ropa americana), música (profana), lenguaje (soez). De hecho, no tienen disciplina política, ni educación óptima para siquiera ser “interpeladores”.

En consecuencia, el yerro coincide con algún temor a probable derrota de los candidatos ilegales en los comicios de octubre. Por lo tanto, los jóvenes cruceños -probables grupos de choque- al parecer engañados por BDN violentaron -que no es aceptable- las casas de campaña del MAS, tiene su particularidad: defender el 21F16, la democracia y la CPE, siguiendo el ejemplo del MAS. Pero, ¿Juventud revolucionaria?, ¿Cuál es?

El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).