Gracias, señor Presidente

Ahora es la oportunidad para mencionar ciertas cosas y hechos que deben enseñarnos que lo que se dice, se ve, se oye, son grandes disimulos que lastiman la mente de las personas. Creemos que no debemos seguir apoyando un sistema que poco a poco ha demostrado que no sirve para gobernar. Y los gobernantes en lugar de dar soluciones a los numerosos problemas que aparecen cada día, siguen con discursos y ofrecimientos, por lo que el pueblo se ve cansado por el engaño, por todo lo que tenemos que tolerar con grandes sacrificios.

Se vive con ilusiones, promesas y muchas cosas que solo derivan en bloqueos, paros, huelgas de hambre, mendicidad, y el incremento insostenible del comercio informal. Pero, en forma humillante escuchamos que son creados miles de puestos de trabajo, debemos preguntarnos, ¿dónde están? Seguimos creyendo que las reformas propiciadas por el partido de gobierno han sido las “mejores”, pero ¿cuáles son los resultados?, grandes expectativas, imposibles de ser realizadas. Sin embargo, según el señor Presidente, entre los años 2020 y 2025 seremos un país similar a Suiza o tal vez mejor y que nuestra economía será una de las mejores en Latinoamérica.

Ahora, ¿qué nos queda a los bolivianos?, seguramente cambiar nuestra política de crítica y censura, solo nos queda “agradecer” al señor presidente, por todo, como: “Gracias por haber perdido nuestro derecho al mar. Gracias por ser uno de los países de mayor corrupción, por dejar libres a todos los corruptos. Gracias por el fracaso en la prospección de petróleo u otros productos. Gracias por pasar de un imperio a otro imperio, con mayores intenciones extractivas mineras y sin control. Gracias por que Bolivia tiene el mejor avión presidencial y un sinnúmero de helicópteros y una cantidad de autos blindados, además de un palacio excepcional y otro legislativo, que es todo un bunker. Gracias por gastar los recursos de los bolivianos en contratar obras por vía de excepción o concesión directa. Gracias por haber creado el SUS, aunque la gente sigue pidiendo ayuda económica para curar sus enfermedades o se endeuda en clínicas u hospitales para sanar al enfermo, y luego sin poder salir de los mismos por no tener los recursos necesarios, recurriendo prácticamente a la limosna o mendicidad.

Todo debemos ‘agradecer’ al señor Presidente, con lo que se demuestra que la miseria se agranda y no hay reducción de la misma, sino más personas pidiendo limosnas”.

Ahora tendremos que agradecerle por su “excelente” discurso en los organismos internacionales ante muchos países, donde aparecemos como víctimas de los capitalistas, de la derecha y de la oposición. Realmente fue un discurso muy elocuente, sin vergüenza, sabiendo que el alto dignatario ofreció a los interculturales grandes extensiones de terrenos, con el aditamento innegable de que para cultivar los mismos, tenían que desboscar, eliminar los pastizales y, finalmente, procedieron a la quema, sin tener conocimiento de la época de chaqueo, porque no eran colonos de la región y el fuego se desbordó sin control y pasan meses y los focos de fuego siguen en varias regiones.

Si analizamos todos los pasos, y el dictamen del Tribunal Supremo de Justicia, obligado a emitir una disposición fuera de lugar, para que exista reelección indefinida, esto significa que nunca quieren dejar el poder. Tomamos este caso, nos damos la libertad de comparar el hecho de que Nerón ordenó quemar Roma, ¿querrán cambiar el título de presidente por emperador? Nos queda claro que todavía hay muchos focos de fuego, pero declaramos que somos suficientes para salir del problema, una mentira, aberración tan enorme no cabe en la mente de los bolivianos, ya nadie cree. Lo cierto es que en los millones de hectáreas quemadas se ha perdido flora, fauna y en gran parte fauna única, que solo había en la Chiquitania.

Sirva esta nota para que todos reflexionen y hagan lo posible para modificar políticas que dañan al país internamente y nos mostremos ante el mundo como un país responsable que debe defenderse con todo y al instante ante desastres como el que actualmente sufrimos. “Gracias”, señor Presidente, por dejar que Bolivia se queme y no recurrir a declarar desastre nacional.