Auftragstaktik para nuestra Policía

Las constantes propuestas de reingeniería, cambio, o transformación de la Policía Boliviana tienen como uno de sus argumentos la poca participación de sus cuadros en la lucha contra el delito, puesto que muchos de ellos se encuentran en funciones burocráticas de mando y dirección, dada la organización paramilitar que tiene desde su fundación.

La poca disponibilidad de medios, sus precarias remuneraciones económicas, ausencia de estados jurídicos operacionales; (entendidos éstos como estados de excepción que protegen a los operadores de la violencia legal del Estado); debe ser meditada por los mismos componentes de la institución verde olivo. Personalmente sugiero una inmediata reformulación doctrinaria, que debe ser efectuada por ellos mismos, por los que conocen sus virtudes, sus defectos sus posibilidades y limitaciones.

Muchos de los propios policías son conscientes de la necesidad de la desmilitarización de la institución del orden, por tener una escala de grados no apropiada a su función, por ser violenta y letal en algunas de sus acciones y poco cooperadora de la ciudadanía, a la que deben auxiliar y servir.

Uno de los posibles puntos a ser considerados en este importante proceso de reorganización podría ser eliminando el mando típicamente militar efectuado mediante órdenes, y cambiarlo por un mando por Directivas, donde la iniciativa disciplinada, permite a un personal bien instruido y capacitado tomar decisiones inmediatas en situaciones de mucha urgencia y presión. De esta manera se profundizaría el mando por colaboración que recoge la experiencia del Ejército Alemán que a finales del Siglo XIX y principios del XX utilizó la Táctica tipo misión o Auftragstaktik (del alemán Auftrag: Directiva y Taktik Táctica: La idea que se esconde bajo esta concepción doctrinaria militar es la de comandar por directivas en lugar de hacerlo por órdenes, dando de esta forma, libertad a los mandos intermedios para planificar y disponer de la táctica (el cómo utilizar los medios y las formas para lograr los objetivos).

Modestamente creo que sería adecuado tener policías en nuestras calles, bien capacitados y bien remunerados económicamente, que actúen de inmediato ante la presencia de los delitos sin tener que consultar a sus mandos inmediatos superiores.

Tomemos, como ejemplo, lo que ocurre en la lucha contra el contrabando en nuestras fronteras, donde se está implementando, poco a poco, un proceso sobre la base de lecciones aprendidas, en el cual los oficiales subalternos, suboficiales, sargentos y tropa, que no tienen tiempo para consultar a su cadena de mando; sobre qué hacer en ciertas circunstancias particulares; actúan con base en las llamadas Normas vigentes de acción (NVAs) o también Procedimientos Operativos Normales (PON) que son utilizados y deben ser perfeccionados en las FFAA, en razón de que se requiere un accionar que no vulnere derechos humanos, preceptos constitucionales y la ley en general.

En una misión de tipo Auftragstaktik, el comandante da al personal bajo su mando una descripción detallada del objetivo de la misión, los medios a emplear para el logro de los objetivos, y el periodo de tiempo necesario para cumplimentarlo. Los operadores de la fuerza en niveles subalternos poseen la capacidad independiente de implementar la secuencia de órdenes más apropiada para conseguir los objetivos. Con esta doctrina los líderes subalternos poseen libertad para planificar y ejecutar la misión, teniendo en cuenta la visión operativa y táctica de la misma. En este tipo de acciones, los altos mandos quedan liberados de las decisiones tácticas, originando una forma o método de liderazgo fiscalizador y controlador de excesos, muy beneficioso para el éxito de las operaciones.

Para el éxito de la transformación ansiada de la institución del orden, es crucial que los elementos subordinados sean oficiales, sargentos o policías, comprendan perfectamente lo que necesita la sociedad boliviana. Las órdenes de su comando general deben satisfacer esa demanda y deben ser emitidas junto con una guía adecuada que permita ser cumplimentada de forma autónoma. El éxito de la doctrina descansa en que el operador del “poder de policía”, conozca las leyes, entienda correctamente las directivas, y disponga de la información necesaria para poder ejecutar su labor. Este tipo de doctrina permite una descentralización de la estructura de fuerzas y comandos, que podría mejorar y hacer más eficiente la función tan delicada que cumple día a día nuestra Policía.

El autor es General de la República y Ph.D. en Defensa y Seguridad.