Iconografía del Arca de Noé en una muestra

Recientemente se ha presentado en la capital de la república una exposición cuyo catálogo presenta de portada la pintura de arte flamenco que atesora el Museo de la Catedral de Sucre; una plancha metálica del Siglo XVII que retrata junto al Arca de Noé una pareja de unicornios...

El rápido recuento iconográfico propuesto por la muestra, arranca desde las catacumbas romanas, donde se conserva una veintena de frescos de inicios de la era cristiana, entre los cuales el principal muestra a Noé imberbe, en el momento en que recibe a la paloma que porta en el pico un gajo sobre la borrosa silueta de otros animales.

Desde el descubrimiento de los restos del arca en las cumbres del Ararat, el sitio adquiere singular devoción al levantarse un monumento en el cual se celebraba anualmente el desembarco de sus ocupantes. En ese tiempo, se acuña las primeras medallas conmemorativas en Apamea de Frigia y la emperatriz Matilde, hija de Enrique I de Inglaterra, en Normandía edifica con la orden cisterciense la Abadía de Noé que subsistió hasta 1600.

Muchas obras artísticas son conservadas en conjuntos arquitectónicos y recintos sacros, como es el caso del mosaico en la basílica de San Marcos, en Venecia; la alegoría de la construcción del arca en la catedral de Pamplona; la sillería del coro de la catedral de León, el fresco en el campo santo de Pisa y el capitel del claustro de Lucerna, entre otras…

En cuanto a la antigüedad, cabe destacar en pinacotecas la obra de Miguel Ángel en la capilla Sixtina; “La salida del Arca” por Rafael en las logias del Palacio Apostólico; “Noé y sus hijos” de Poussin en el Museo del Prado y “Noé saliendo del arca” de J.B. Castiglione en la Galería Real de Dresde, además de los famosos grabados sobre el diluvio de Gustavo Doré, a quien en el país Fernando Diez de Medina dedica un bello álbum.

En la época moderna, la representación del arca a nivel universal alcanza un punto culminante entre los pintores estadounidenses, reuniéndose en la exhibición litografías originales de Edward Hicks; Michael Whites; Karol Endres; Mavessey y Debbie Mumm, que se halla representada por tres obras.

Sobre la última pintora, se comenta que al alcanzar fama sus obras, el manager reclamó su autoría con afán de percibir las jugosas regalías, y los alegatos bien fundados de ambas partes, pusieron en conflictos al Juez, quien como último recurso para identificar al verdadero recurrió a hacer pintar a ambos en su delante...

En el antiguo Perú, frente a la mentalidad colonial prevalente en la época, adquiere relevancia la crónica india de Guamán Poma de Ayala que describe a los incas como una rama de descendientes de Noé, dibujando una llama entre los animales que transporta en el Arca.

Por su parte, el cronista Baltazar de Salas muestra un dibujo del arca construida a orillas del Titicaca por patriarca Ñoqqe, de la nación Uru, que tras larga travesía va a desembarcar en el otro continente, repartiendo allí el mundo entre sus hijos.

Aunque la tradición bíblica consagra el Ararat, algunos países sitúan el desembarco en el monte más alto de su región, como el Olimpo en Grecia, el Himalaya en la India, los Godieus en Armenia, etc.; siendo en todo esto los habitantes andinos los únicos en reivindicar el punto de partida del Arca.

Por esta circunstancia, se ha adelantado que luego de la exposición efectuada en la capital, la muestra que se prepara en la ciudad de La Paz contemplará, como una faceta nueva, la legendaria construcción de la nave en el mal llamado “Nuevo Mundo” en nuestros días...