Descentralización en Bolivia

Han pasado 13 años de gobierno centralizado y los resultados no son alentadores, porque hay división en el país. Un ejemplo de ello es Santa Cruz que durante años ha pedido descentralización. Así lo hace saber nuevamente, cuando en un cabildo popular hace poco la ciudadanía cruceña se pronuncia por la federalización en el país. El oriente está cansado de seguir con la política centralista del actual gobierno. Actualmente los presupuestos departamentales son elaborados por el Ministerio de Economía.

Bolivia está cansada del centralismo que no da lugar al progreso de las regiones, porque el gobierno maneja indiscriminadamente el presupuesto nacional. Son cuestionables las declaraciones oficialistas en sentido de que el Gobierno, si fuera reelegido, no cambiaría el actual centralismo, y porque el federalismo no está contemplado en la actual Constitución. Además anteriormente el pedido de federalismo fue calificado por el oficialismo como separatismo, lo que dio lugar a investigaciones de hechos y atentados acaecidos en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en 2009.

En principio para tratar de conformar a las regiones se propugnó y ejecutó la autonomía de las regiones, para lo cual hubo convocatorias a fin de que los ciudadanos expresen su deseo de ser autónomos. Como no podía ser de otra manera, todos votaron afirmativamente y de esta forma se consolidó la autonomía de las regiones. Había la esperanza de que se aplique la descentralización, que tanto claman las regiones. Pero en los hechos solo fue una maniobra política, para seguir aplicando la centralización en el país, manejando los fondos departamentales de acuerdo con intereses políticos.

Santa Cruz quería obtener autonomía para manejar sus recursos propios, pues es el departamento más próspero. En cuanto a La Paz, por ser sede del Gobierno, está controlada políticamente y tiene que sujetarse a las decisiones del Gobierno central. Este departamento tiene el crecimiento detenido por la inercia de sus autoridades. La Paz es el departamento más perjudicado con el sistema de distribución centralista, porque a pesar de ser sede del Gobierno se le asigna un monto insuficiente para atender sus numerosas necesidades. Requiere obras como el puente en Tiquina, la nueva carretera a Cochabamba por Río Abajo. Las instituciones cívicas paceñas están sorprendidas por la lenidad de las instituciones del Gobierno, que ni siquiera comentan tales iniciativas. El actual candidato a Presidente, Gobernador de La Paz, no consideró estos proyectos que en su oportunidad estaban financiados.

En alguna oportunidad se habló del pacto fiscal para dar vigencia a la autonomía regional y se citó a sus representantes para discutir la posibilidad de financiar presupuestos departamentales. Se reunieron dos veces, pero no se llegó a resultados concretos.

El federalismo en Bolivia tendría que ser aprobado por un nuevo Gobierno, que convoque para la modificación de la Constitución, mediante un nuevo Congreso. Mientras tanto, un nuevo gobierno debería dar curso a la descentralización. Bolivia precisa cambios estructurales, con hombres probos, honestos y con preparación intelectual. En un nuevo gobierno se tiene que considerar la reorganización del Poder Judicial, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.

El autor es Profesor Emérito de la UMSA.