Ante la lucha armada

Doña Secundina Flores ha advertido a los bolivianos que si el líder cocalero no ganara las elecciones del 20 de octubre, los y las masistas irían a la lucha armada, método que usaron para llegar al gobierno.

Un mensaje muy claro, que consiste en amenazar con las armas a los electores para que, si hubieran estado pensando en votar por alguien que no fuera el cocalero, lo piensen dos veces, porque si llegase al gobierno algún opositor, sería un baño de sangre.

Quienes tendrían que decir algo sobre esta amenaza son los militares. Se supone que ellos tienen el monopolio del uso de las armas en el país.

Algo tendrían que decir, salvo que tuvieran la voz embargada por no se sabe qué compromisos con el cocalero, compromisos que les obliga ahora a humillarse tanto que se han convertido en un brazo armado del partido de gobierno.

Hace pocos días el comandante de las FFAA dijo que se ocuparía de proteger a los “colonos” que incendiaron las tierras donde fueron asentados por el gobierno del cocalero, para que nadie los pueda desalojar.

Deberían decir algo los militares, salvo que los asesores que tienen, ya sea cubanos o venezolanos, les hubieran enseñado que no pueden ir contra las bases de las futuras milicias del régimen. Y que se acostumbren a tener a su lado a estas fuerzas irregulares.

Este último mensaje alude a la guerrilla del Che Guevara, también una fuerza armada irregular, pero que fue combatida por un ejército boliviano del que ahora se reniega. El cocalero quiere llevar ante la justicia popular al general Gary Prado, quien capturó al Che en octubre de 1967.

Difícil dilema para los militares convertidos en la guardia armada del “proceso de cambio”. ¿Deben obedecer a la Constitución o al compromiso con el cocalero?

Más difícil todavía el dilema de los militares bolivianos cuando recuerdan que tienen compromisos con el régimen de Irán, envuelto con planes dirigidos a crear una guerra mundial que movilizaría a las fuerzas terroristas islámicas, a los rusos, chinos, castristas y chavistas.

En fin, una “Bartolina” que viene a destapar una situación conflictiva para las Fuerzas Armadas de Bolivia. ¿Van a defender al país o a un partido? ¿Alguien defenderá a los bolivianos?

Siglo21bolivia.com