Propaganda gubernamental en el deporte
Todo comenzó hace catorce años, cuando se inició la fiebre de canchas de césped sintético con partidos de inauguración del equipo del palacio encabezado por el Presidente de República y acompañado por los ex seleccionados del equipo mundialista de 1994 de EE.UU, convirtiéndose la noticia en spot publicitario emitido por todos los canales televisivos y concluída la inauguración del campo de juego enmallado pasaba a manos de un correligionario político quién lo cerraba herméticamente con candados, mientras los niños y jóvenes jugaban alrededor de ese terreno sin su cancha que anteriormente era de tierra.
Seguidamente empiezan a construirse coliseos y estadios en diferentes pueblos con capacidad para el doble de la población que se beneficiaba y nuevamente los spots para la televisión, escenarios donde actualmente no existe actividad sirviendo en muchos casos como depósitos de los bultos y animales de los partidarios del gobierno.
Posteriormente se comienza con los premios a los deportistas que consiguen medallas de oro, plata y bronce para el país que de alguna manera era para reponer los gastos que hicieron los atletas en su preparación y nuevamente los spots, con el aditamento que algunas atletas que participaron en equipo en el Sudamericano realizado en Cochabamba fueron notificadas para devolver el premio en efectivo con que se beneficiaron pese a que no cometieron infracción alguna de doping, ya que esta falta era de intuito persona, presionando a sus padres para que garanticen la devolución del dinero con sus bienes reales.
Luego llegan las pruebas atléticas anuales EVO 10K en los nueve departamentos, con convocatoria mediante la TV y no conformes con ese gasto nuevamente surgen los spots de entrega de premios y ni qué decir de los juegos plurinacionales que llegan a saturar con sus pases publicitarios como las transmisiones de los partidos que juega el jefe de Estado que dispone del canal estatal sin medir los costos que salen de los bolsillos de todos los bolivianos.
¿A dónde queremos llegar con estos abusivos gastos de propaganda estatal en el deporte? A que este despilfarro desmedido de dinero debería destinarse para equipar a los colegios y escuelas del Estado con equipos como ser vallas, estacas, conos, colchonetas y otros implementos para que superen la pobreza en la que se desenvuelven donde un balón es lo que tienen para toda una unidad educativa.
Ilustrando un poco al lector, cada spot televisivo tiene un costo de edición y cada segundo en horarios estelares tiene un costo de 30 a 50 dólares para su emisión, de donde podemos deducir que es una verdadera millonada de dinero que se destinó para publicitar la actividad deportiva en el país por el actual gobierno, cuyos resultados positivos son producto de la preparación personal de los atletas sin recibir un mínimo de ayuda estatal apareciendo el presidente del Estado para la foto sin haber sido parte de estos éxitos.
Creemos que los gastos por publicidad gubernamental han cansado a la ciudadanía y lo más loable sería darles mejor destino a estos recursos,, otorgándoles a los atletas los medios para su preparación para el logro de lauros para el País que reclaman gestión de las autoridades.
Dr. Edgar Linares Mariscal,
fundador y ex asesor legal de Fabol
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