Max Weber dice que la política es solamente “la dirección o influencia sobre la trayectoria de una entidad política, esto es, el Estado. Por tanto, el político aspira a ser parte del poder distribuido en distintos grupos. El Estado, entonces, es un enlace de dominio de individuos sobre individuos. Tal dominio tiene su fundamento en tres justificaciones internas: la legitimidad. Segundo, la facultad de la gracia (carisma) personal y extraordinaria. Por último, una legitimidad apoyada en una base legal. Esta acepción, en los últimos 30 años en Bolivia ha sido común, pero que hoy influirá negativamente en los comicios de octubre de 2019. Me explico.
Con Weber, se puede hallar un distingo entre aquel que vive para la política, haciendo de ella su vida en el sentido que conserva su tranquilidad en su conciencia… En cambio, hay personas sin escrúpulos que viven de la política, por ejemplo, en la lista de candidatos para octubre hay solemnes desconocid@s, cuyos comentarios permiten colegir que no tienen convicción ni ideología, al parecer, creen que la política es una mercancía.
Claramente no tienen legitimidad, carisma personal, descollan su “adoración” por lo económico como principal fuente de ingresos. ¿Pretenden vivir de la política PAN-BOL, PDC, FPV, MTS, MNR, BDN, MAS? La queja de Evo Morales: “antes yo me rogaba para que sean candidatos, ahora me ruegan” ocurre con varios “partidos”. Quién no rogaría si la corrupción, la prebenda, el nepotismo, etc., entre otros, es patente e impune. Los vividores de la política, obviamente al servicio del jefe, se corrompen sin disimulo, se distribuyen el poder, como “oportunistas” ocasionales y secundarios. Estos vividores se sirven de la palabra impresa como instrumento permanente. De los publicistas políticos y en especial, aunque en menor influencia, de algunos periodistas que los representan…
Los vividores de la política edulcoran la pasión, la responsabilidad y mesura. Con respecto a la pasión, promueven mitos y toponimia, se jactan de lo “originario” –palabra vacía- para mostrarlo atractivo, frenando la acción responsable en desmedro al pueblo. Alienan con “saberes” indiano-enteléticos corpus de la cultura inmaterial. La mesura es ficción, pues disimula su incompetencia, tienen todo el poder pero comenten “yerros” (oxímorons) se jactan de su cerebro de 70.000 millones de neuronas pero no pueden con una suma básica; no permiten la alternancia; la derrota en La Haya es una victoria; eximen el debate porque no quieren ser evaluados; se jactan de su modelo económico comunitario, su “indianismo Kara”, su capitalismo andino, etc.
Así, los “vividores” se sitúan en un nivel grosero y genuflexos a la “plutocracia”. Los plutócratas (oligarquía) “utilizan” –mas- a los abogados, y en menor cuantía a otros oficiosos, sabedores de su ambición y holgura económica, que buscan que se les garantice ingresos seguros y un “vivir bien”. Los votos –de algunos ingenuos electores- dan acceso al botín que son los cargos (embajadores, ministros, senadores, diputados, etc.). En consecuencia, en las atípicas elecciones de octubre competirán muchos vividores –sin convicción- de la política. El soberano puede democráticamente mantener o expulsar a estos “sinvergüenzas”, que dañan la democracia y a Bolivia.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |