Existe desconfianza y desinformación a la hora de comprar medicamentos

De acuerdo con un estudio realizado en la carrera de Psicología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), gran parte de la población siente temor y desconfianza a la hora de comprar medicamentos incluso en farmacias. Esto también se debe a que más de la mitad de la población admitió no tener información suficiente sobre este tema.

El estudio fue realizado en la materia de Psicofisiología a la cabeza del doctor Rodolfo López Hartmann, docente de la carrera; con una población de 1317 personas en La Paz, mediante un cuestionario aplicado con los teléfonos celulares de los estudiantes, que subieron las encuestas a la plataforma de internet llamada Surveymonkey, donde se creó la base de datos y entregó el reporte de los resultados.

López refiere que este estudio se llevó a cabo ante la inquietud que generó en la opinión pública la venta masiva de medicamentos falsificados y el descubrimiento de redes millonarias dedicadas a este ilícito incluso durante años en nuestro país.

Enfatizó que es por esta razón, que este estudio es un aporte valioso que interesa sobre todo a las instituciones encargadas de controlar la industria y distribución de medicamentos en el país.

“Los resultados muestran que hay niveles de corrupción, de descuido; y es algo que interesa a nivel de Sedes, de aduanas de control, en preventas, en farmacias, es decir toda esa cadena”, afirmó.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define medicamento falsificado como “un producto etiquetado indebidamente de manera deliberada y fraudulenta en lo que respecta a su identidad y/o fuente”.

Un medicamento falsificado puede tener serias consecuencias en la salud de las personas, pudiendo incluso ocasionar la muerte o daños permanentes.

Al respecto, López refiere que en el país lamentablemente se comprobó que existe “un control de calidad nulo”, y recomendó adquirir medicamentos de farmacias certificadas.

En Bolivia, el mes de abril una investigación policial que siguió el rastro de los proveedores de “pildoritas”, llevó a descubrir enormes depósitos de fármacos.

Posteriormente, se descubrió una fábrica clandestina en Desaguadero, donde se hallaron productos falsificados a base de estuco, harina, maicena y otros insumos de consumo riesgoso. Los envases se hacían con cajas recicladas que conseguían de hospitales e instituciones de salud.

Los meses posteriores, redadas en los mercados y ferias de las ciudades de La Paz y El Alto revelaron la venta sin control de supuestos fármacos y fábricas con maquinaria millonaria.

La muestra de conveniencia fue de 1317 personas, (51 % varones y 49 % mujeres). Casi la mitad de encuestados (46 %) respondió que contaban con poca información sobre el tema, el 30 % dijo que “no tiene nada de información”, por encima de quienes dicen tener “bastante información” con un 23 %. (ANF)