Quito.- El movimiento indígena doblegó al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, y le obligó a derogar el polémico decreto que elevaba el precio de los combustibles, poniéndole a él y a Ecuador entre la espada y la pared frente al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El 883 pasará a la historia para muchos ecuatorianos como el decreto que condujo a la peor ola de violencia social en los últimos años, una situación que para muchos pudo preverse y haber hecho colapsar toda la institucionalidad.
Los once días de protestas no han dejado ni mucho menos vencedores en el campo de batalla política, y de hecho parece que solo hay perdedores.