Tierras sin uso

Las cifras del INRA dicen que en la primera etapa de dotación de tierras fiscales en este gobierno, ciudadanos del occidente del país recibieron 2,7 millones de hectáreas en Santa Cruz.

Por otro lado, el INE informa que en las estadísticas de producción de alimentos en el país no se registra ningún incremento de la producción, ni siquiera en las más mínimas cantidades.

Es decir que en 2,7 millones de hectáreas, las personas que se habían convertido en pequeños terratenientes, con unas 20 hectáreas cada uno de ellos, nada habían producido, por lo menos para vender o para que figure en las estadísticas.

Ocurre que 2,7 millones de hectáreas equivale a más del doble de la tierra destinada a la producción de caña de azúcar. Y, lo más sorprendente, es que toda la tierra que usa la agroindustria cruceña suma 2,5 millones de hectáreas para producir 70% de los alimentos del país.

Como dice la biblia: por sus frutos los conoceréis. En este caso, el de las tierras entregadas a pueblos trasladados del occidente, los frutos han sido nulos, es decir cero.

Quizá la explicación de todo esto deba leerse en los informes sobre las tendencias internacionales referidas a la densidad demográfica en las ciudades y en el campo.

Según Siglo 21, en Estados Unidos solamente 3% de la población vive en zonas rurales, aunque esas zonas produzcan tantos alimentos que sirvan para atender la demanda interna y, con los excedentes, cubrir cupos de exportación a todo el mundo.

Pero lo que dice la carta informativa semanal, en este momento 55% de la población del planeta habita en las ciudades, lo que es 30% superior a 1950, una tendencia que permite extrapolar que en el año 2050 la población mundial urbana sea de 68%, es decir que siete de cada diez ciudadanos vivirán en las ciudades.

Y sobre este fenómeno hay criterios interesantes, como el que dice que para dotar a la gente de las comodidades elementales, lo mejor es que las personas vivan en núcleos urbanos en lugar de vivir en amplios predios rurales.

Por lo demás, ocurre que muy pocas personas bolivianas que recibieron tierras fiscales en dotación se quedaron a vivir allí. Casi todas optaron por trasladarse a centros urbanos.

Hay que estar siempre enterado de lo que la gente hace en el mundo antes de tomar decisiones políticas sobre la tierra.

Siglo21bolivia.com