Hace semanas tuvimos los ¿chaqueos y/o incendios accidentales en la Chiquitania?
Algunos bomberos voluntarios no lograban entender que cuando apagaban el fuego en un sitio, nuevamente aparecía encendido, tal vez la respuesta sea que no era un “incendio accidental” sino un “chaqueo”.
Después se dijo que se encontró botellas con gasolina en algunos sitios y pues: gasolina + fósforos = fuego = “chaqueo” (intencional).
Un chaqueo se realiza dentro de un determinado terreno (lote que puede ser de unas 50 hectáreas), pero tal vez vimos un “chaqueo estilo brasileño”, vale decir de 4 millones de hectáreas al mismo tiempo.
También vimos que la Chiquitania no era un bosque vacío, era un bosque lleno de decenas de miles de animales silvestres o salvajes, los cuales murieron horriblemente calcinados…
Saliendo del invierno, en las partes bajas de Bolivia, vale decir Santa Cruz, Beni y La Paz, se lleva a cabo el “chaqueo”, el cual es una práctica agrícola mediante la cual se procede a la quema de la vegetación, como ser árboles, arbustos, plantas y hojarasca (con perjuicio para las aves y otros animales pequeños que viven allí que mueren calcinados, como pudimos ver en la Chiquitania) existentes en una determinada región. Esta vegetación puede constar de árboles de un bosque primario (virgen) o secundario (barbecho o terreno en descanso, ya explotado anteriormente, donde crecieron nuevamente árboles) sin mucho valor comercial, restos de cosechas anteriores (rastrojos) y pastos “viejos”.
Esta quema se la realiza con el fin de lograr la limpieza del terreno, para tratar de habilitarlo, para la siembra de un cultivo determinado (soya, arroz, maíz, caña, plátanos, yuca, gualusa, coca, etc.) o la habilitación de terrenos para la siembra de pastizales (para que sirvan de alimento para la crianza de ganado).
El “chaqueo” consiste en la sucesión de los procesos: “tala, tumba, roza y quema”, refiriéndose la “tala”, al corte de un árbol precioso o semiprecioso (mara, roble, cedro, etc.) con motosierra, la “tumba” consiste en la caída de este árbol para su traslado, la “roza” vale decir el corte de los tallos de plantas que quedaron, prosiguiéndose finalmente con la “quema” de los restos vegetales que quedaron en el terreno, para la habilitación con fines de siembra (fines agrícolas o industriales como los biocombustibles) o ganaderos.
La quema puede ser controlada o descontrolada, según se tome las debidas precauciones, para que el fuego no se expanda a los terrenos vecinos. Para lograr una “quema controlada” se debe retirar toda la vegetación seca de todo los alrededores de la quema, construyendo callejones cortafuegos, logrando así una barrera de contención y se debe comunicar a los vecinos, para que estén alertas ante posibles descontroles.
Para realizar una quema, generalmente se debe obtener los permisos pertinentes de las autoridades del lugar. La quema se realiza en los meses posteriores al invierno y antes del inicio de la época de lluvias, cuando la vegetación está totalmente seca, haciendo más fácil su combustión. Es una técnica barata en relación con otras muchísimo más caras, como la de realizar la limpieza con maquinaria pesada, utilizando muchísimo más personal para el traslado de la vegetación seca a un determinado lugar.
Con el “chaqueo”, la frontera agrícola se va moviendo, en detrimento de los bosques, selva o monte, lastimosamente favoreciendo la erosión, ya que se quita la capa superior del suelo y finalmente el terreno queda no fértil.
Con esta técnica se aumenta las superficies de cultivo y pastizales, empero, las superficies de bosque primario o virgen van disminuyendo, ocasionando la disminución de la evapotranspiración (evaporación de agua del suelo a la atmósfera lograda por los árboles), haciendo que a la larga el agua de lluvia permanezca en el suelo y no en los árboles. Así en la época de lluvias se ocasiona inundaciones y crecida de ríos. Asimismo, al no existir bosques y raíces que protejan al suelo, las partículas del suelo son arrastradas por el agua de lluvia, produciéndose la erosión fluvial, de esta manera grandes superficies de suelo poco a poco pierden su fertilidad, condenando a la humanidad a hambrunas.
El humo producido por los “chaqueos” es bastante, pero sin lugar a dudas no supera en cantidad al humo producido en sus fábricas, durante todo el año, por los países desarrollados como Estados Unidos (capitalista), China (comunista), etc. Vale decir que el “calentamiento global” es fruto de los salvajes capitalismo y comunismo. El humo a la larga ocasiona el “efecto invernadero” (de la misma manera que en un invernadero, donde el nylon es el humo), produciendo el “calentamiento global” de la Tierra.
El corte de los árboles aumenta en mayor cantidad que la plantación de nuevos árboles, así lo mencionan los indicadores de diferentes instituciones e imágenes satelitales que muestran que la frontera agrícola va avanzando a nivel mundial, favoreciendo al final la aparición de los desiertos, con las consecuencias siguientes. De la misma manera, la densa humareda producida por los “chaqueos” trae consigo problemas de visibilidad en el transporte aéreo, efectos en la salud pública y la contaminación del aire.
Como soluciones, para lograr disminuir el “chaqueo” (no para eliminarlo en su integridad) se tiene el manejo y aprovechamiento adecuado de los recursos del bosque con fines económicos, como el ecoturismo, seguramente con ganancias mucho menores que los usos forestales, agropecuarios, industriales (biocombustibles) y ganaderos, pero logrando un “desarrollo sostenible” en el tiempo.
Se debería permitir el “chaqueo” solamente en los terrenos de las familias extremadamente pobres, donde los cultivos son muy necesarios, asimismo se debería realizar una “quema controlada” con la supervisión y de acuerdo con las normas técnicas que debería tener cada municipio.
Por otro lado, por la madera preciosa y semipreciosa que se extraiga de los bosques se debería pagar impuestos altos, que cubran los gastos de reforestación realizadas por el Estado. No se debería permitir la exportación de madera en bruto sino con valor agregado y los precios de la madera deberían ser muy altos porque el tiempo que se necesita para lograr el crecimiento de los árboles es bastante (80 años o más).
Como conclusión final, los gobiernos y sectores forestales, agrícolas y ganaderos deberían tener mayor “conciencia ecológica”, disminuyendo al mínimo “el chaqueo”.
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