Cardenal Brenes
> El país centroamericano enfrenta una crisis desde 18 de abril de 2018 y 651 personas fallecieron por represiones de agentes de seguridad
Managua.- El retorno de los miles de nicaragüenses que huyeron a otros países, principalmente a Costa Rica, en el marco de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril de 2018, sigue siendo "un riesgo", afirmó ayer el cardenal y arzobispo de la diócesis de Managua, Leopoldo Brenes.
"El retorno prácticamente es un riesgo, sin duda alguna, pero en esto cada quien es libre de tomar su decisión", señaló el religioso a los periodistas después de oficiar una misa en la Catedral de la capital nicaragüense.
Brenes reconoció que si bien han retornado algunos líderes de la oposición, ellos mismos han dicho que su decisión es personal y que cada quien es totalmente libre de regresar o no.
Por tanto, agregó, cada quien debe tomar en cuenta la realidad de Nicaragua, su situación personal y familiar, y las condiciones del lugar en donde residían.
Más de 88.000 nicaragüenses huyeron a países vecinos, principalmente a Costa Rica, según el informe titulado "Situación de los derechos humanos en Nicaragua" y elaborado por el Mecanismo de Seguimiento de Nicaragua (Meseni), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La CIDH, y organismos humanitarios locales, han advertido que el Estado nicaragüense mantiene el asedio y la persecución selectiva a personas opositoras.
El conglomerado de abogados "Defensores del Pueblo", dedicados a la defensa de "presos políticos", ha recomendado a los exiliados no volver a Nicaragua debido al riesgo que sufren de ir a prisión o sufrir represión.
Entre los que han decidido regresar se encuentran el líder estudiantil Lesther Alemán, quien durante el inicio del fallido diálogo nacional, el 16 de mayo de 2018, encaró al presidente Daniel Ortega y lo conminó a renunciar, tras condenar y criticar la represión estatal a las protestas.
Además, el académico Félix Maradiaga, acusado por la Policía Nacional de organizar "bandas delictivas" y de "alterar la paz" en el marco de las protestas contra el Gobierno de Ortega y cuyo caso fue archivado por la Justicia nicaragüense.
Tanto el líder estudiantil como el académico advirtieron a su llegada que su decisión de regresar a Nicaragua era "muy personal", y que asumían todos los riesgos.
Maradiaga, tras su regreso, ya ha sido objeto de persecución y amenazas, mientras Alemán se mantiene bajo resguardo y evita salir a lugares públicos.
Peor suerte han tenido opositores poco conocidos, como el ambientalista Ulises Josué Rivas, quien fue capturado en septiembre pasado tras regresar de Costa Rica y según Defensores del Pueblo sufre agresiones físicas ejecutadas por sus custodios.
Diversos grupos opositores también han mostrado su rechazo a las deportaciones de manifestantes nicaragüenses que realiza Estados Unidos, ya que algunos de ellos habían huido para no ser capturados por la Policía, pero al llegar aparentemente los esperan las mismas autoridades de las que intentaban escapar, y caen presos.
Nicaragua atraviesa una grave crisis que ha dejado 328 muertos desde abril de 2018, de acuerdo con la CIDH, aunque algunos grupos elevan a 651 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 200 y denuncia un intento de golpe de Estado. (EFE)
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