Clepsidra
Tal como estuvo previsto, el Tribunal Supremo Electoral ha cancelado el conteo rápido de votos, poniendo de manifiesto su impúdica dependencia del gobierno y replicando lo ocurrido ese 21 de febrero de 2016, cuando Bolivia dijo NO, a la modificación del artículo 168 de la Constitución Política del Estado, en un referéndum que, a su vez, decretó la ilegalidad del binomio oficialista que se presentó en estas últimas elecciones presidenciales.
Esta nueva burla al pueblo vino aparejada de una coincidencia cabalística, no solo al realizarse en un mismo día 21 del calendario, sino con los mismos vicios de retraso e interrupción que caracterizaron los comicios mencionados, empero, con resultados muy adversos a los anteriores, ya que su burda orquestación produjo la ira contenida de los pueblos y el despertar de ese instinto que los caracteriza cuando el hazmerreír es muy patente, como la patética declaración de victoria del binomio oficialista, en las gradas del Palacio Quemado, el mismo que había sido desahuciado por ser símbolo colonialista, y ante una audiencia que ni siquiera llenaba el hall de ese vetusto, pero muy histórico recinto.
Esa burda paralización del conteo rápido, cuando ya se había registrado un logro preliminar del 85% del escrutinio, y se daba por segura la realización de una segunda vuelta electoral, más el reinicio del conteo con datos totalmente trastocados, que colocaban al ilegal candidato oficialista en una situación de 10 puntos por encima del segundo, decretando su victoria en primera vuelta, fueron suficientes detonantes para iniciar una escalada de protestas que llegaron a todos los rincones de la Patria.
Asimismo, el descubrimiento de actas y documentos electorales en casas particulares fue también el detonante para toda esta burda demostración de ilegalidad, y suficiente razón para que una población enardecida se concentre y logre que, en todos los departamentos del Estado Plurinacional, se repitan actitudes similares de violencia.
Ante semejante situación, es necesario resaltar el repliegue de la policía de Sucre, aplaudido por la población, pues con su sabia actitud de deponer toda la actitud violenta, dio muestras, más que suficientes, de que ya no quería reprimir, actitud a la que se sumó la renuncia de la Dra. Olga Martínez, vocal presidenta del Tribunal Departamental de Chuquisaca, negándose a participar del fraude. Una similar actitud demostró la presidenta del TDE de La Paz, Dra. Florencia Laruta, al señalar que todos los luctuosos acontecimientos que acaecieron fueron por causa de la inexplicable paralización del conteo rápido.
La impunidad vuelve valientes a los cobardes y osados a los pusilánimes, y el día en que cobardes y pusilánimes alcanzan el poder sus sucias babas lo aniquilan todo. Esta es una realidad que nos impele a decir: “Quédate con los honores, Presidente, que cuando termine tu mandato, yo me quedaré con la impunidad”, especialmente ahora que, como el Salvador en la cruz, sólo nos resta exclamar: “Consummatum est”.
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