Música para discernir y disfrutar en Comunidad

Son escasas las agrupaciones en el ámbito musical boliviano que pueden jactarse de haber acumulado décadas de recorrido. Comunidad, fundada hace casi 33 años con el objetivo fundamental de expresar libremente su arte en colectividad, es una de ellas, afirma Mario Eduardo Vargas, representante de la agrupación nacional.

Con mucha historia sobre los hombros y música propia como marca registrada, el trío presenta Ojos Locos, álbum de estudio repleto de música para discernir y disfrutar. Conformada por Jaime A. Cortez Maldonado (coros e instrumentos de viento), Marcelo Palacios Pabón (guitarras eléctrica y acústica) y Edwin Centellas Mariaca (instrumentos de viento, percusión, voces, guitarra y charango), la nueva propuesta de Comunidad convalida y expande la dirección musical trazada a partir de 1987.

“Ojos Locos”, el tema de apertura del disco, conjuga la melancolía y riqueza melódica de nuestros aires andinos con el sonido desafiante y áspero del idioma del rock. A partir de ahí, el resto del repertorio del disco logra balancear las disímiles características de ambos frentes con autoridad.

El sonido de Comunidad es inconfundible. Esa familiaridad, en una época en la que abundan los ídolos de cartón y fórmulas de estudio, es más que bienvenida. El dinamismo y empuje de “Manantiales”, el convite a bailar y “registrar reflexiones otra vez” de “Miraflores”, el homenaje a Arturo Borda (“Arte, Tirillo y Frío”, con una simbiosis improbable y audaz que no descarta incluso la circularidad de la música electrónica) y la ambiciosa “Miradas”, en la que se destacan nítidamente el buen gusto y recursos de Carlos Fischer en guitarra; constituyen algunos de los puntos altos de un disco que sorprende gratamente por su vivacidad y espontaneidad.

El álbum cuenta, igualmente, con la participación de otros músicos de renombre: Álvaro Montenegro, compositor, líder del grupo Parafonista, profesor del Conservatorio Plurinacional de Bolivia (CPB) y propietario de Jiyawa Música, su productora; Gabriel “Galo” Cortez, músico chileno que vive desde hace mucho tiempo en nuestro medio, ex integrante de Anadda y Profesor del CPB; Miguel Sánchez Arriaza, baterista chileno que vivió algún tiempo en La Paz y radica ahora en su país, ex integrante de Black Jack y uno de los músicos que participó en Horadar, álbum de Comunidad de 2003; Gustavo Orihuela, gran intérprete boliviano del violín y músico dedicado al jazz con propuestas innovadoras; Vladimir Arzabe, baterista boliviano que tocó en varias bandas de rock y también Kalamarka, y actualmente integrante de Antología; y Jean Pierre “Cadijo” Carraro, notable bluesero francés.

Ojos Locos tiene también un contenido simbólico revelador. El concepto del álbum gira en torno a la libélula, fascinante insecto de brillantes colores que para varias culturas encierra significados como: madurez y profundidad de carácter, poder y equilibrio, comprensión idónea del significado de la vida, éxito, prosperidad, felicidad, fuerza, coraje e incluso buena suerte. La libélula es también vista como portadora de equilibrio, cambios, adaptación y habilidad para volar en todas las direcciones. Son características, en suma, que reflejan muchas de las singularidades del arte de Comunidad.

FICHA TÉCNICA

Grabado en: Comunidad Estudios.

Ingeniero de Sonido: Marcelo Palacios Pabón.

Dirección y Producción General: Jacz Projet.

Todos los temas compuestos por Comunidad.

Músicos Invitados: Carlos Fischer (guitarra eléctrica en “Miradas”). Álvaro Montenegro (saxo en “Ojos Locos”). Gustavo Orihuela (violín en “Grito del silencio”, “Miradas” y “Miraflores”). Jean Pierre Carraro ‘CADIJO’ (armónica en “Manantiales”). Miguel Sánchez Arriaza (batería en todos los temas). Vladimir Arzabe (batería). Gabriel ‘GALO’ Cortez (bajo en todos los temas).