Calles de la urbe
La preocupación de la ciudadanía permanece ante las amenazas por parte de grupos violentos e infiltrados en movimientos de algunos supuestos militantes del MAS.
Luego de varios días de movilizaciones violentas, ayer la ciudad de El Alto continuó paralizada y en medio de tensa calma de sus habitantes, quienes exigen presencia militar en sus calles, para resguardar, los negocios y casas particulares.
La preocupación de la ciudadanía fue manifestada, debido a que continúan las amenazas por parte de los grupos violentos e infiltrados en movimientos de algunos supuestos militantes del MAS, que siguen con este tipo de actitudes, donde negocios, instituciones públicas y casas particulares corren el peligro de que sean saqueados, sin que exista presencia policial ni militar.
Muchos vecinos expresaron su molestia en este sentido, quienes piden que sea el Regimiento Ingavi y la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), que están asentadas en la urbe alteña, se presenten para resguardar estos sectores en peligro, donde sin importar que sean casas particulares los grupos violentos causan zozobra.
Es una pena que nosotros teniendo dos cuarteles militares en nuestra ciudad no podamos gozar de esta protección contra estos grupos vandálicos que están asaltando y robando en nuestras casas, y lo peor ni siquiera la Policía aparece para lograr controlar estos actos de los grupos de antisociales que se hacen presentes en varias zonas con el pretexto de su descontento por los problemas que está atravesando el país , dijo el vecino Víctor Espinoza. Por otro lado, un panorama tenso se ha presentado en esta urbe el día martes, donde durante todo el día se ha caracterizado por las movilizaciones de vecinos de diferentes zonas, hacia la ciudad de La Paz y otros que se quedaron en la urbe alteña.
Producto de la movilización de estos grupos, se ha podido identificar cuatro puntos de bloqueo en el sector norte de esta urbe, desde la Extranca de Río Seco, Puente Río Seco, Upea y lo que es la Ceja, varios grupos de protesta no dejaron circular a ningún tipo de motorizados particulares ni públicos, en todo lo que es la avenida Juan Pablo II. En sectores bloqueados, varios vehículos sufrieron roturas de sus vidrios, producto de la agresividad de estos grupos violentos, que no permitieron la circulación de minibuses ni taxis que intentaron circular con pasajeros.
Sin embargo algunos minibuses se dieron modos para circular por calles adyacentes a la avenida Juan Pablo II, a pesar del riesgo que corrían de ser apedreados. Sin embargo, muchos choferes de estos minibuses, se aprovecharon de la necesidad de algunas personas que tenían apuro de llegar hasta la Ceja, cobrándoles hasta Bs 2 desde el puente de Río Seco. Desde la Ceja hacia otros puntos de la urbe también ocurrió lo mismo, choferes inescrupulosos lograron hacer su agosto, cobrando más del doble de la tarifa legal.