Nuevo aporte intelectual

II

Concluido el alboroto nacional de manera satisfactoria, retorno a mi columna para concluir con la revisión del trabajo de Gabriel Loza: “El nuevo proteccionismo: Trump, Brexit y Bolivia”, simplemente me referiré a la última parte: “La inserción internacional de Bolivia” que con la precisión que caracteriza a este valioso aporte sobre temas económicos internacionales responde a explicar qué efectos tienen en un país con una economía que es realmente pequeña las decisiones tomadas por los gigantes en el comercio internacional.

En un párrafo resume la situación y la importancia de nuestro comercio internacional: “Bolivia no es una economía cerrada en contra de lo que a veces se piensa, siempre ha sido y es una economía pequeña y abierta. Si se mide por la incidencia de las exportaciones y sus importaciones respecto al PIB, Brasil está entre las economías más cerradas (18,3%), seguido de Estados Unidos (21,1%). En cambio, Bolivia (45,5%) se ubica levemente por debajo de Chile (48%), pero con mayor grado de apertura que el de América Latina (37,4%), del mundo (42,3%) y de China (32,9%).

Con la sorpresa con que uno puede leer estas cifras, meditando un poco es simplemente lógico, ya que, a lo largo de nuestra Historia, a partir de la colonia hemos sido dependientes de la exportación de ciertos recursos naturales: Potosí ha sido el ejemplo más evidente de este hecho. La expresión vale un Potosí nos recuerda que esta región del país ha tenido una gran riqueza minera y después de varios siglos sigue aportando a la economía boliviana. Algunos datos merecen destacarse.

El nivel de protección arancelaria que aplica Bolivia es del 11,6% en promedio y una tarifa ponderada por el comercio más baja de 9,4% que, según se compara con los países de Sudamérica es un poco menor que las cifras de Ecuador, Brasil y Argentina, y un poco mayor que las Uruguay, Colombia y Chile. Otro dato importante es el coeficiente de variación para medir el grado de dispersión del arancel, en el entorno sudamericano, para Bolivia es de 80, Chile 10, Colombia 159 y Perú 164.

Destaca que “contrariamente a la intuición, se encuentra que la dispersión arancelaria en los Estados Unidos es una de las más altas”, esto tal vez se debe a la gigantesca diversidad productiva que tiene USA en el comercio internacional. Otro aspecto que destaca Loza es que Bolivia cuenta con muy pocas Medidas no Arancelarias, 8 medidas de control cuantitativo, comparadas con 19 de Perú, 33 de China y 151 de EEUU, según datos de TRAINS-UNCTAD. Tampoco aplica Barreras Temporales al Comercio o también llamadas medidas de defensa del comercio. Todos estos aspectos probablemente obedezcan a nuestro reducido número de productos, comparado con el comercio de nuestros vecinos y tal vez sea una forma de atraer a nuestros compradores internacionales.

Por la limitación que impone la extensión de esta columna creo que interesa destacar que con cifras para el 2017 la estructura de las exportaciones bolivianas se concentra en: productos básicos: agrícolas y alimentos, minerales y oro e hidrocarburos.

Este primer grupo suma un valor de 7.945 millones de dólares (88,8%), le sigue Manufacturas con 902,6 millones de dólares (10,1%) y otros 98,4 millones de dólares (1,1%). Se puede apreciar que seguimos siendo un país exportador de materias primas, aunque dentro de éstas resulta significativo el aporte (nuevo) de productos agrícolas y alimentos, así como la magnitud del valor de manufacturas que muestra un crecimiento significativo en relación con el conjunto de la economía.