Planificada convulsión en La Paz

Luego de la renuncia de Evo Morales a la presidencia del Estado y las similares de los posibles sucesores legales al cargo, y producido el vacío del poder político del país por 48 horas seguidas, Jeanine Áñez, hasta entonces segunda presidenta del Senado, fue investida como presidenta transitoria del Estado con la misión principal de convocar en breve plazo a elecciones límpidas y democráticas. Se ve claramente que las renuncias de los potenciales herederos de Evo Morales en el mando del país, han obedecido a un plan estratégico para empantanar la situación y alentar condiciones de inestabilidad política indefinida.

Entretanto, la presidenta en ejercicio juramentó a su plantel de ministros y posesionó a un nuevo mando de las Fuerzas Armadas. La dimitente ex presidenta de Senadores, Adriana Salvatierra, dejó su asilo en la embajada de México intentando retomar su antiguo puesto y sin poder lograrlo alega haber dejado la presidencia, pero continuar como senadora.

Entretanto los dos tercios de diputados del MAS reunidos, eligieron una nueva directiva de la Cámara Baja y se adelanta que rechazarán la investidura de Áñez a la cabeza del Ejecutivo. Asimismo, declararán la continuidad de Evo Morales como presidente constitucional, argumentando que la renuncia no fue considerada y menos aceptada por la Asamblea Plurinacional. Así planteados los aspectos formales del Estado, una fuerte convulsión de la ciudad de El Alto convergía sobre La Paz, intentando copar la Plaza Murillo, centro político del país.

La población de la primera ciudad emerge de migrantes del Altiplano, dependiente de consignas favorables al partido depuesto y cuyos dirigentes aprovechan las presentes circunstancias para movilizarla. En estos actos de protesta la Policía Nacional detuvo a delincuentes que aseguran haber recibido dinero para sembrar el mayor caos posible en la Sede de Gobierno, posiblemente de manos de funcionarios del régimen. Así, se atentó contra negocios céntricos, se asaltó mercados -no solo en La Paz- y se destruyó instalaciones públicas y privadas de parecido carácter a la quema de 66 unidades del transporte PumaKatari en la zona sur.

El terrorismo desatado desvirtúa las manifestaciones de El Alto y de otras zonas rurales, las desacredita y les crea repudio general. El presente cuadro adquiere proporciones inesperadas cuando en Yapacaní -plaza fuerte del narcotráfico- resulta herido uno de los ideólogos y terrorista de las FARC, llamado Facundo Morales Schoenfeld, argentino y posible autor de una muerte en esa localidad y de otras anteriores en Montero. También se ha identificado a Mariano García, falso periodista argentino, quien se encarga de desinformar a favor del depuesto régimen. No parecen irreales las predicciones de un ex ministro muy allegado a Morales, en sentido de que Bolivia será convertida en un Vietnam sudamericano.