El Mercosur -Mercado Común del Sur- tiene entre sus principales objetivos la facilitación y la integración comercial, tanto en el seno mismo de sus integrantes, como de éstos con los países extra regionales. La importancia de este bloque económico es grande no solo en la región, sino a escala mundial. Solo por citar algunos datos se puede indicar que el PIB del Mercosur está por encima de los 4 billones de dólares y representa el 82% del PIB sudamericano. Su superficie es de casi 13 millones de kilómetros cuadrados, con una población cercana a los 300 millones de habitantes (casi el 70% del total de Sudamérica). En este contexto geográfico y social, es una verdad irrefutable que encontraremos más beneficios para nuestras economías, si empezamos a vincularnos más entre todos los integrantes de este proceso. El hecho de que los procesos de integración están siendo observados por países como EEUU o Inglaterra, no debe significar que la región deje de lado al Mercosur. No olvidemos que ahora, más que en el pasado, los pasos para la integración son mucho más simples, debido en parte a los avances tecnológicos y el desarrollo de sectores que eran ignorados, como la cultura, el turismo, la información y comunicación, identificados como Economía Naranja o Economía 4.0 Se requiere evaluar la necesidad de cambiar el marco regulatorio del Mercosur, repensando los esquemas arancelarios comunes e impulsar políticas comerciales e industriales, aprovechando los avances tecnológicos. Entre los países miembros del Mercosur existen disímiles niveles de desarrollo económico, pero todos pueden aportar al avance de la integración subregional. Unos pueden proporcionar alimentos, otros tecnología, junto a quienes pueden dar materias primas como el litio o el gas. El potencial turístico de los países integrantes, administrados con la participación del sector privado, se pueden traducir en un proceso de desarrollo sostenido, beneficiando a toda la población. En el caso particular de Bolivia, se puede señalar que su incorporación oficial al Mercosur puede ser beneficiosa para el proceso de integración y Brasil seguro daría luz verde para que Bolivia ingrese a Mercosur. El documento titulado “Las oportunidades comerciales para el Mercosur en Bolivia”, presentado en Río de Janeiro en octubre de 2019 por la Cámara Nacional de Comercio, recuerda que el país tuvo un crecimiento sostenido de su Producto Interno Bruto (PIB). El ritmo de incremento de la economía boliviana es elevado. Del tope que llegó en 2013, con un PIB que subió en 6,8% se ingresó a una etapa de desaceleración. Se prevé que este año el crecimiento del PIB podría ser menor al 3,5%. El PIB llegó el 2018 a algo más de 44.000 millones de dólares. Y, para el mismo año el PIB per cápita alcanzó los 3.700 dólares. Entre 1996 y 2018, la pobreza extrema se redujo de algo más del 41% hasta el 15%. Otro dato que debemos tomar en cuenta es que el mercado local se ha ensanchado en los últimos años.
Los que tenían ingresos bajos se redujeron, pasando del 61% al 34% de la población, mientras la población con ingreso medio subió del 35% al 62%. El perfil económico y el entorno favorecen nuestra integración en el Mercosur.
Tenemos una economía abierta, con crecimiento dinámico, gracias al fuerte impulso del crecimiento de la demanda interna. No olvidemos que las exportaciones e importaciones representan entre 60 y 70% del PIB. Y el Mercosur es nuestro principal mercado.
Este año, el gobierno tiene programado realizar una inversión estatal de algo más de 7.000 millones de dólares. La inversión pública apunta a la integración caminera: sólo durante los próximos 5 años se planea construir más de 5.000 Km de carreteras asfaltadas, que permitirá la integración vial norte-sur y este-oeste con más de 12 proyectos carreteros.
A esto debemos añadir la construcción de la vía férrea Montero-Bulo Bulo, el tren metropolitano de Cochabamba y tren urbano Santa Cruz.
En resumen, en el país hay oportunidades de complementación en sectores ya existentes, como el farmacéutico, la ganadería y la agroindustria con el desarrollo de la logística. La demanda por agroquímicos y productos químicos será creciente, tanto en el mercado interno como externo; y si se mantienen las condiciones externas, el consumo interno seguirá creciendo.
La liberación de las exportaciones por parte del Gobierno será positiva para las exportaciones de Bolivia. El perfil logístico del país nos muestra que Bolivia apuesta por la industrialización del litio y el hierro, a lo que debemos añadir el incremento en la producción de carne, granos, biocombustible y energía; y aumento y mejora de las vías de transporte.
El autor es Presidente de la Cámara Nacional de Comercio.
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