TOCANDO FONDO
Y llegó el momento de poner los pies sobre la tierra. Desde hace una década los sueldos de los jugadores empezaron a subir desmesuradamente, mientras los espectáculos siguieron bajando en calidad.
El primer club en otorgar salarios por encima de nuestra realidad económica fue Bolívar, promovido por el inversor boliviano Marcelo Claure radicado en Estados Unidos que llegó al país con un ambicioso proyecto de construir un escenario para 60,000 espectadores en Tembladerani y un complejo deportivo para los socios, al margen de contar con un equipo competitivo a nivel sudamericano y que hasta la fecha nada de lo mencionado se cumplió, sólo dio lugar para que los demás clubes empezaran a contratar jugadores extranjeros del montón o los que dejaron de estar vigentes en sus países, porque nosotros no tenemos divisiones inferiores, lo que obliga a pagar sueldos no acordes con la realidad de las arcas de las instituciones, buscando simplemente competir por premios de las Copas Libertadores y Sudamericana para salvar sus economías, sin interesar si pasan a una segunda instancia, conformándose como de costumbre con esa “conquista” local.
En la actualidad y luego de un mes de paralizado el campeonato profesional, la quiebra se empieza a sentir en algunos clubes que adeudan hasta seis sueldos mensuales, con el agravante de que no existen dirigentes que respondan por los derechos adquiridos de sus jugadores y que pese a esa falta de pago siguieron defendiendo los colores de su entidad, algunos bajo amenaza de ser puestos en frontera como ocurría con los extranjeros de Sport Boys cuando reclamaban sus salarios al presidente de ese entonces ministro del interior del anterior gobierno defenestrado por FRAUDE en las elecciones presidenciales, y a los connacionales con advertencias si seguían alguna acción laboral ante la justicia ordinaria como correspondía.
Un caso que no tiene explicación hasta ahora es del club San José, que pese haber recibido tres millones de dólares por su participación en la Copa Libertadores de América dejó en la calle a sus jugadores debiéndoles cinco meses de salarios que hacen escapar a las personas que aparecen como salvadores luego de conocer las deudas que pasan del millón de dólares.
Nos preguntamos… ¿A cuánto ascienden los sueldos mensuales que perciben los jugadores y que además han invitado a los aficionados a no asistir a las canchas por los pobres espectáculos que brindan? Es momento en que los clubes piensen en elaborar el contrato de trabajo dividido en dos partes.
Uno para los campeonatos domésticos anuales con sueldos que puedan ser cumplidos, porque el jugador también tiene un presupuesto mensual para mantener a su familia y cubrir sus necesidades y uno complementario en caso de clasificar para un torneo internacional donde los términos del convenio sean establecidos con total equidad, que brinden la posibilidad de contar con mayores recursos como premio a su trabajo durante la gestión anual, caso contrario seguiremos con la misma agonía año que transcurre.
En la vida hay que ser realista y como están las cosas en estos dos clubes, aún intervenga FABOL queriendo paralizar el campeonato por SOLIDARIDAD (INEXISTENTE EN MATERIA LABORAL) con los jugadores de estas entidades, las deudas devengadas por lo menos podrían recuperarse parcialmente con la participación directa de los mismos, administrando los dineros por ingresos de los partidos locales hasta donde se pueda y al saldo deudor PONERLE UNA CRUZ POR SER IMPAGABLE, o seguir una acción laboral mediante la Justicia Ordinaria. Así nomás es.
Dr. Edgar Linares Mariscal, fundador y ex asesor legal de Fabol