Informalidad provoca empleos ocasionales

La carencia de empleo en el país ocasiona que la economía informal crezca y con ella la oferta de empleo, especialmente a personas jóvenes.

Esta es realidad que vivimos desde hace muchos años porque el único proveedor de trabajo resulta ser el gobierno que da cargos a militantes de su partido; pero una mayoría de desocupados no puede acceder a cargos porque no los hay ni en el sector público ni en el privado.

Muchas veces se ha sostenido la necesidad de garantizar inversiones por parte de capitalistas extranjeros; con ese motivo, tanto el ex Presidente como su Ministro de Hacienda, han organizado reuniones con empresarios y capitalistas tanto de Estados Unidos como de Alemania e Inglaterra, pero han resultado vanos los esfuerzos porque no hubo alguna manifestación o intención de invertir en Bolivia con el argumento de “no haber garantías ni una situación jurídica que permita trabajar al capital privado”.

Por su parte, el sector privado del país también se ha visto impelido a no intervenir ni ampliar sus actuales instalaciones debido a que las garantías que ofrecía el gobierno no mostraron visos de seriedad y menos la intención de que están debidamente garantizadas tanto por las presiones fiscales de impuestos como por las exigencias de grupos sociales que impiden a la actividad privada tener seguridad para sus actividades.

Muchos industriales nacionales manifestaron su intención de invertir, pero el desaliento se debió a que casi inmediatamente después de que el gobierno anunció la aprobación de garantías surgieron bonos, incremento de sueldos y salarios y la creación del segundo aguinaldo tan solo por el anuncio de crecimiento del 4,5% del PIB en la economía.

Este beneficio ha sido concedido por varios años hasta que, en el último, conforme al crecimiento que habrá para este año no alcanza más que al 3,38%.

Este anuncio trajo cierta tranquilidad al empresariado privado, especialmente a las empresas medianas y pequeñas, que cada año de los últimos cuatro se vio en la necesidad de contraer préstamos bancarios para cumplir y algunas concluyeron actividades porque la nueva carga las puso en situación deficitaria imposible de soportar.

La economía informal o mejor llamada “industria” del contrabando se ha convertido en medio para otorgar empleos que se ven obligados a aceptar jóvenes y adultos imposibilitados de conseguir otro medio de sustento para ellos y sus familiares. De este modo, el contrabando adquirió dimensiones mucho mayores y ha dejado en situación desventajosa a la empresa privada, que se ve perjudicada por esa competencia irregular.

Especialmente son afectadas la industrial textil y la oferta de bienes y alimentos, ya que se provee en los mercados con precios menores a los que cuestan, por la acción del contrabando.

Esto implica que mientras no se solucione el grave problema de permisividad al contrabando no habrá solución racional, regular y definitiva para nuestra economía y menos habrá posibilidades para proveer empleo seguro, digno y rentable a tanta gente desocupada que, en casos, se ve obligada a salir del país en busca de puestos de trabajo que les permitan ingresos permanentes para el sostenimiento familiar.

Este es el mejor medio para perder valores humanos que podrían trabajar con gran ventaja en el país, ya que hasta profesionales de gran valía se ven obligados a desempeñar actividades ajenas a su profesión y percibiendo sueldos muy bajos.