Amnistía Internacional
Un total de 143 personas han muerto por la represión de las protestas que comenzaron hace una semana en Irán contra el aumento del precio del combustible, según informó ayer Amnistía Internacional (AI).
"Llamamos a la comunidad internacional a denunciar el uso intencionado de fuerza letal por parte de las fuerzas de seguridad iraníes, que ha resultado en la muerte de al menos 143 manifestantes desde que comenzaron las protestas", ha dicho la ONG en un comunicado.
La mayoría de las muertes han sido por arma de fuego, aunque un hombre falleció por inhalación de gases lacrimógenos y otro por una paliza.
Los vídeos verificados por la ONG muestran a las fuerzas de seguridad disparando deliberadamente contra manifestantes desarmados a corta distancia.
"Amnistía Internacional cree que el número de muertos es significativamente mayor, por lo que va a serguir investigando", subrayó la organización no gubernamental, que ha señalado como culpables a la Policía, la Guardia Revolucionaria y a "agentes vestidos de civil de la fuerza paramiliar Basij", entre otros.
El investigador para Oriente Próximo y Norte de África de AI, Philip Luther, ha considerado que "el aumento del número de muertos es un alarmante indicador de cuán despiadado ha sido el trato a manifestantes desarmados por parte de las autoridades iraníes".
Así, ha denunciado que, "en algunos casos (...), cuando las autoridades han devuelto los cadáveres de las víctimas a las familias, les han exigido un pago citando diferentes razones que incluyen el coste de la bala que mató a su ser querido o una compensación por las propiedades destrozadas durante las protestas".
La ONG también ha recibido información sobre el traslado de manifestantes heridos desde hospitales a centros de detención, "poniendo en peligro sus vidas al negarles la atención médica".
El régimen de los ayatolás, que este mismo lunes ha acusado a las potencias extranjeras de alentar el "matonismo" en estas protestas, ya calificó de "inventada" la cifra anterior proporcionada por la ONG, que situaba en al menos 106 los manifestantes muertos.
Aunque ha habido diversos pronunciamientos de condena por la represión de las protestas en Irán, Luther ha estimado que se trata de una respuesta demadiado "cauta" ante lo que califica de "ejecuciones extrajudiciales".
La comunidad internacional "debe condenar estos crímenes en los términos más enérgicos posible y describirlos como lo que son: un uso de la fuerta mortal y completamente injustificado para sofocar la disidencia", ha denunciado. Además, la frustración ha ido en aumento en Irán por la continua devaluación de la moneda y la subida de los precios de productos básicos como el pan, el arroz y otros alimentos desde que Estados Unidos decidió reactivar las sanciones contra Teherán tras abandonar el pacto nuclear en 2018. (Europa Press)
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