Entre llantos de júbilo y una noche de terror

Bolivia es un país chico, política y económicamente hablando, nuestra nación no tiene en la región peso como Brasil o Chile. Somos un país pequeño, pero de gran corazón y de él está saliendo una brisa de Fe y esperanza que esperemos alcance a todo el continente.

La caída del régimen de Morales parecía, para los suscriptores del “Foro de Sao Paulo”, algo totalmente impensable y fuera del libreto, pensaban de manera totalmente equivocada que Bolivia aceptaría de buena gana las imposiciones dictatoriales del socialismo corrupto, subestimaron el corazón joven de un país que anhela vivir en paz y en armonía.

Evo Morales y su séquito nunca entendieron a los corajudos jóvenes bolivianos que “armados” con celulares, cascos de colores, memes ingeniosos y la Tricolor Boliviana nunca renunciaron a su libertad.

Los asesores políticos de Morales no comprendieron que Bolivia definitivamente no es Venezuela. Nunca vi tantas banderas bolivianas juntas, (la clasificación al mundial de fútbol del 94 se quedó corto en ese aspecto), el centro paceño explotó en un solo grito de júbilo en el momento justo de la renuncia de Morales a la presidencia.

Hubo abrazos entre extraños, jóvenes en llanto, banderas flameando, no faltó el “Viva mi patria Bolivia”, con pañuelos en mano todos bailaban de gozo, el llamado “segundo himno nacional” pasaba así a la historia como sinónimo de libertad. Pero la algarabía duró poco, el régimen de Morales tenía planeado lanzar una última ofensiva en su intención de aferrarse al poder.

Luego de la algarabía vino la noche oscura, grupos de choque pertenecientes al Movimiento al Socialismo en un “operativo” totalmente planeado con anticipación, perpetraron ataques precisos hacia la ciudadanía, bienes municipales, periodistas, cívicos y reparticiones policiales.

Fueron horas de zozobra, las hordas masistas quemaban y saqueaban todo a su paso, querían sembrar temor en la población, pero nuevamente se equivocaron, los jóvenes cambiaron sus celulares por palos, los vecinos se organizaron para defender sus casas y sus familias.

No solo detuvieron el ataque masista, también los hicieron retroceder y escapar, aunque el saldo de violencia y destrucción sigue doliendo, por viviendas quemadas, infraestructura policial destruida, bienes municipales saqueados y quemados.

La policía tomo el lado correcto de la historia y junto a la población lograron aprehender a varios de estos antisociales, si bien el temor se apoderó de la población, está nunca cedió y ello fue algo que los violentos del Foro de Sao Paulo nunca lo vieron venir, el miedo no paralizó al pueblo, solo lo fortaleció.

El miedo es el arma favorita del mal, pero en esta ocasión no triunfó, pues el valor y la Fe del pueblo boliviano pudieron mucho más, el futuro será ciertamente duro y complejo, pero estoy convencido que con tolerancia y Fe el futuro será nuestro. ¡Viva Bolivia libre! El autor es Teólogo y Bloguero.