La cinta se centra en un niño de 10 años que intenta encajar en la nueva Alemania que se crea tras la llegada del régimen fascista. Para conseguir ayuda, recurre a un amigo imaginario, que no es ni más ni menos que Adolf Hitler. Por muy loca que pueda parecer la idea, el director tenía claro que quería desarrollarla y, a pesar de estar ambientada en una época conocida por todos, quería diferenciarse del resto de películas que tratan el mismo tema. “Quería contar una historia ambientada en la II Guerra Mundial, que tratase todos los temas que ya conocemos, pero desde el punto de vista de los niños. Y con un Adolf imaginario”. Sentía que si iba a abordar este tema, tenía que asegurarme de que no iba a parecer otra película más sobre la II Guerra Mundial Como cualquier proyecto en el que se involucra, la cinta ha supuesto un reto para Waititi: “Como artista, quieres marcarte retos continuamente y siempre creo que si no me siento nervioso cuando comienzo una película, para mí no merece la pena. De esta forma soy más creativo y se me ocurren ideas más ingeniosas para solucionar partes de la historia”.
Entre esos retos está el de encontrar el tono perfecto de la película: “Quería, bueno, realmente tenía que hacerlo, buscar un equilibrio entre el tono dramático y el cómico”. Al fin y al cabo, se ambienta en mitad de una tragedia mundial, por lo que tuvo que encontrar la comedia sin perder el rumbo:
No digo que vaya a poder cambiar a todo el mundo con esta película, pero creo que es una película importante en los tiempos que vivimos, porque no debemos olvidar lo que pasó en la II Guerra Mundial
Scarlett Johansson, Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen y Roman Griffin Davis protagonizan esta comedia. Digna de ser una de las mejores del año.