Comienza nueva década
Después de los últimos tres meses de 2019 cuando empezó un proceso de transición política, llegó 2020, una nueva década y con ella, el deseo de sectores y líderes políticos de que este año se consolide la recuperación de la democracia en Bolivia a través de un proceso electoral transparente.
Después de casi 14 años, los bolivianos reciben un nuevo año con un gobierno distinto, después de la renuncia sorpresiva de Evo Morales en medio de una convulsión social, jornadas de miedo, más de 30 vidas perdidas y con el compromiso del gobierno de transición de garantizar la pacificación y un proceso electoral con nuevos administradores y transparente.
El 12 de noviembre de 2019, la historia de Bolivia daba un giro inesperado porque una mujer, la segunda en la historia de Bolivia, asumía en mando del Estado en un escenario de convulsión social. La líder inesperada era la beniana de 52 años, Jeanine Añez Chavez, que llegó a la Presidencia con dos tareas primordiales: pacificar el país y convocar a un nuevo proceso electoral, sin Evo Morales y con un proceso transparente.
Dos días antes de que asumiera el mando del país, la tarde del domingo 10 de noviembre de 2019, después de la renuncia de Evo Morales, la entonces senadora por Unidad Demócrata (UD) Jeanine Añez Chávez, anticipó en un medio televisivo que ante la renuncia de los sucesores de Morales, a ella, como segunda vicepresidenta del Senado, le correspondía asumir la jefatura de Estado.
La decisión de renuncia colectiva de los cuatro altos funcionarios con capacidad de asumir la Presidencia pareció haber sido planificada con un cálculo político que todavía se desconoce, pero que se explicaría en la apuesta por desestabilizar el país o jugar a una siguiente interpretación constitucional de que Morales “no acabó su mandato” y por tanto, “puede ser candidato” en las inmediatas nuevas elecciones generales convocadas para 2020.
Todo este proceso, fue celosamente vigilado por miles de jóvenes bolivianos que hicieron la “revolución de las pititas” que fue el movimiento popular en Bolivia que cambió la historia del país en 2019. Este fenómeno fue impulsado por el propio expresidente Evo Morales, quien en varias oportunidades en sus discursos ante sus simpatizantes ironizaba y se burlaba de los bolivianos que empezaron las protestas en su contra bloqueando las calles con delgadas sogas donde a menudo se colgaba la tricolor boliviana.
El denominativo de pititas, lo dio precisamente Morales quien burlonamente criticaba a los movilizados y decía que él como dirigente sindical estaba incluso dispuesto a dar talleres a las personas para enseñarles cómo se debe bloquear las calles y no precisamente con “pititas ni llantitas”.
El fenómeno no solo llegó con los bloqueos en las calles si no con todo un movimiento mediático a través de las redes sociales, en especial el Facebook y el Twitter donde los ciudadanos viralizaron el concepto, bajo el denominativo de #PititaTuitera #PititaBolivia #PrimaveraBolivia.