Cuando Bolivia era Colonia, antes de 1825, fuerzas externas saquearon sus recursos naturales mineralógicos y mellaron la dignidad de los sectores sociales humildes.
La historia estuvo salpicada con la sangre y muerte de los nativos en las minas que explotaban aquéllas.
La plata del Cerro de Potosí saneó la economía de muchos países de Europa y de España en particular. Pues abrió las puertas a la prosperidad. Fue el hallazgo más importante y extraordinario que hicieron los enviados por la Corona Ibérica.
Y trajo desgracia y frustración para quienes nacieron en estas tierras porque se impuso un régimen de esclavitud y saqueo bajo la dirección española. Un hecho que provocó la desigualdad social y el empobrecimiento regional. En este marco los peninsulares, y algunos criollos, hacían ostentación de riqueza, como afrenta a los americanos que apenas podían cubrir sus necesidades más elementales de subsistencia. Aquéllos vivían en la jauja y éstos en la austeridad más inconcebible.
Alguien dijo que con toda la plata extraída del Cerro de Potosí se podía haber construido un puente entre la Villa Imperial (1) y la metrópoli de España. Ciertamente fue cuantioso el saqueo de aquel recurso mineralógico en beneficio de intereses foráneos y no de quienes vivían acá.
“… el descubrimiento del Cerro de Potosí y su inmediata explotación inauguraron, en el mundo, la apertura de una nueva era, la “era potosina”, que dio al Imperio español, en particular, y a Europa en general, una prosperidad o un auge económico nunca antes por ellas conocido” (2), señala Ramiro Condarco Morales, citando a Casto Rojas.
Consecuentemente hemos heredado un cerro agotado de los recursos argentíferos y con una infinidad de socavones atentatorios a su estabilidad física.
Para explotar dicho recurso mineralógico aquéllos esclavizaron a los originarios, sin que éstos hubiesen alcanzado, por su condición de siervos, ni el mínimo grado de civilización. Situación que profundizó la brecha que separaba a ricos y pobres, a poseedores y desposeídos. La riqueza estuvo acumulada en poder de unos cuantos extranjeros y la pobreza, la postergación e ignorancia, en las amplias capas sociales. Unos pocos fueron los privilegiados y las grandes mayorías resultaron marginadas. De veras que los españoles violaron la cultura de la vida e impusieron una de muerte en las tierras que conquistaron.
En suma: así sucedió cuando Bolivia era Colonia.
(1) El Título de Villa Imperial fue otorgado a Potosí, el 28 de enero de 1547, por el Emperador Carlos V.
(2) Ramiro Condarco Morales: “Fundación de la República y la deuda del mundo contemporáneo”. Presencia, La Paz – Bolivia, 12 de diciembre de 1976.
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