Víctor Hugo Rodríguez Tórrez
En 2020: La Democracia y la CPE reimpuestas abroquelan su majestad.
Tras la cáustica era de mentiras, Bolivia se sanea del aparato escatológico que la avergonzó y, no obstante, aún pretende impunidad pura y simple.
Un golpe de Estado divorcia a la sociedad del Derecho.
¿Cuál es el “perfil” del golpe de Estado? Obviamente, conculca todos los estándares de la democracia.
Entre otros excesos, suprime ipso facto las libertades, garantías y derechos constitucionales. Clausura el Congreso Nacional. Instaura el Estado de Sitio/Toque de Queda. Impone cadena radial/TV, con radical censura de prensa. Acalla ilimitadamente las comunicaciones (hoy pincharía celulares/internet, redes sociales, etc). “Receso” a partidos políticos/COB/esquiroles/sindicatos. Cierra universidades y asalta la propiedad privada. Confinamientos a lugares malsanos/recónditos. Exilios/destierros violentos al exterior. Persecución sañuda a periodistas, opositores/disidentes y familias, saturando las legaciones diplomáticas. Portación obligatoria de salvoconducto para transitar territorio nacional. “Ley fuga”/desapariciones extrajudiciales. Secuestros selectivos. Masacre blanca arrasadora en la administración pública. Multiplicación de espías/soplones/simuladores. San Román decía que el silbido de las balas “es la mejor música del mundo”.
Que se haya conocido o denunciado, nada de aquello ocurrió en Bolivia desde noviembre/2019.
Cuando el Ejército estornudó -cuyo peso atómico, específico, gravitante y artífice del nuevo estado de cosas fue determinante- el As del caos renunció. Lindando con la deserción y como por arte de mafia, huyó del territorio boliviano. Despreció el mando presidencial, con traición a la máxima investidura nacional. Sumas iguales: Autogolpe consumado.
En sensual auto “exilio”(?) y con galanterías subversivas, “la trae a todo dar”.
Ordenó aterrorizar y dejar “sin comida” a La Paz. Exigía el Premio Nobel de la Paz.
Como “partido”, disociaron y desequilibraron a la sociedad. Dispararon miedo, odios raciales hacia kharas-blancos-blancoides. Humillaron a la axial clase media boliviana, estrato socio-humano medular de nuestro pueblo. Bolivia, empero, se sobrepuso al rostro inconmovible, ceñudo y hosco que pretendió aherrojarla.
Al asumir, falseó “en mi gobierno cero muertos”… A su vez, el “cien mil libros” mintió, “nunca más maletines negros en Bolivia”.
Las Santas Escrituras, en el Libro de Juan, 8:44, expresan: “Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre. …porque es mentiroso y él es el padre de la mentira”.
Quienes parecerían tener ojos en la nuca y para despistar, inyectaron teorías “ideológicas” chatarras. Involucionaron el reloj señero al remoto pasado, en férrea renuencia al adelanto y progreso común.
Para redoblar la memoria, ni perdón ni olvido por:
- Calumnia como “anti patria” al país sensato, al que estafó en el período pre/post demanda judicial en La Haya. “Hazaña” ignominiosa y felonía de quien condujo irresponsablemente la causa marítima.
- Con el doloso fraude electoral, internacionalmente reprobado -“pescotes” in fraganti-, Bolivia fue ridiculizada.
- ¿Y qué del “océano” de gas natural?...
Contra la dignidad nacional, pretendieron reemplazar a la gloriosa Bandera Tricolor, con vesánica sustitución al histórico Alto Nombre de la augusta y amada República de Bolivia. El patrimonial Palacio de Gobierno fue relocalizado por una pirámide para bajas pasiones. Supercheramente denominan al “partido” “pueblo boliviano” y “hermanos”, como santo y seña.
El Código Penal Ordenado, aprobado por aquel régimen mediante el Decreto Supremo Nº 0667, de 8/octubre/2010, en su Libro Segundo Parte Especial, Capítulo III Delitos Contra la Tranquilidad Pública, Artículo 132 bis.- (ORGANIZACIÓN CRIMINAL), textualmente dice:
“El que formare parte de una asociación de tres (3) o más personas organizada de manera permanente, bajo reglas de disciplina o control, destinada a cometer los siguientes delitos: genocidio, destrucción o deterioro de bienes del Estado y la riqueza nacional, sustracción de un menor o incapaz, tráfico de migrantes, privación de libertad, trata de seres humanos, vejaciones y torturas, secuestro, legitimación de ganancias ilícitas, fabricación o tráfico ilícito de sustancias controladas, delitos ambientales (Chiquitania, Chapare, Tipnis) previstos en leyes especiales, delitos contra la propiedad intelectual, o se aproveche de estructuras comerciales o de negocios, para cometer tales delitos, será sancionado con reclusión de uno (1) a tres (3) años”.
“Los que dirijan la organización serán sancionados con reclusión de dos (2) a seis (6) años”.
La “reforma” maliciosa de dicho Código Penal, iba a ser el verdadero “testamento bajo el brazo”.
…
Y, sin embargo, Bolivia se mueve, se reedifica.
Nuestra juventud debe forjar el temple del acero: “Se rompe pero no se dobla”.
¡Hasta la victoria, siempre!...
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