Esperanza en los partidos para las elecciones

El retorno del país al estado de libertad y normalidad políticas ha reactivado la actividad de los organismos partidarios, cuyas labores estaban limitadas debido al régimen autoritario y de restricciones al pensamiento libre, procedimiento utilizado dictatorialmente por el partido único que estuvo imperando en Bolivia durante catorce años.

Bajo esas libertades se ha constituido el nuevo Órgano Electoral, se convocó a elecciones generales para el 3 de mayo próximo y se adopta una serie de medidas para que ese evento histórico adquiera el máximo grado de transparencia, de tal forma que se convierta en una oportunidad para que sean elegidos como gobernantes no solo eminentes ciudadanos sino, ante todo, la población votante tenga la oportunidad de emitir su voto por programas que representen la realidad nacional, sean realizables y resuelvan los grandes problemas del país.

Se debe considerar, sin embargo, que debido al régimen autocrático que duró algo más de dos sexenios y concluyó a fines del año pasado, la actividad política -mecanismo imprescindible de toda sociedad avanzada-, fue objeto de discriminación, limitaciones y presiones dogmáticas, que impidieron el libre desarrollo de ideas políticas, así como la organización de entidades encargadas de su aplicación. Es más, con actitud fascista, el régimen anarco-populista depuesto se consideró dueño exclusivo de la verdad, con el objetivo de ser el único que exista en el país a costa de la desaparición de todo signo de oposición política.

Bajo el sistema de libertades el pueblo boliviano vuelve a construir el edificio de la Nación y la Democracia y ante el proceso electoral busca los candidatos que lo representen dignamente. De ahí que se exige que los partidos que participarán en el escenario electoral no solo presenten figuras personales, sino ante todo hagan conocer en forma prioritaria qué es lo que ofrecen para sacar al país del abismo al que fue conducido por la ignorancia y la corrupción.