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Educación es clave para recién nacidos

> Cada momento que los padres pasan con sus hijos es vital para su formación, y en especial desde los primeros meses

Los recién nacidos llegan a este mundo listos para aprender las habilidades básicas de los seres humanos, en sus primeros años, para lo cual dependen de los padres de familia o tutores, quienes les ayudan a desarrollar destrezas elementales, con miras a una vida saludable y exitosa. La manera en que el cerebro crece está influenciada fuertemente, por las experiencias del niño con otras personas y su entorno.

De acuerdo con la educadora e investigadora, Delia Miranda, la mente requiere de mucho cuidado, por lo cual los padres deben generar las condiciones óptimas para llevar adelante procesos de adiestramiento en los recién nacidos; es crucial que los niños crezcan y aprendan en un ambiente seguro y lleno de ternura, donde se sientan protegidos del abandono y del estrés extremo, con abundantes oportunidades de jugar y explorar.

Los padres de familia –dijo– pueden apoyar el crecimiento saludable del cerebro del recién nacido, al hablar, jugar y cuidar a sus niños, una intervención que es oportuna en la medida que los niños aprenden mejor, cuando sus padres se turnan para hablar y jugar con ellos, al fomentar los talentos e intereses de los hijos.

En su opinión, para llegar a la meta deseada es necesario criar al bebé entendiendo sus necesidades y respondiendo a ellas, siempre concentrados en proteger el cerebro de los niños de las recurrentes amenazas, como el estrés, el temor, la falta de amor, entre otros. A continuación les presentaremos algunas recomendaciones para el buen desarrollo de los bebés.

SENSACIONES NEGATIVAS

Para la experta, la exposición al estrés y al trauma puede tener consecuencias negativas, a largo plazo, para el cerebro del niño, mientras que hablar y jugar con él pueden estimular el crecimiento de su cerebro.

Con este fin, los padres deben proporcionar los cuidados necesarios en la primera infancia para que sus hijos tengan, cuando aún son bebés, los recursos y las habilidades, a partir de un cuidado seguro, provechoso y estimulante.

ESTIMULACIÓN

En opinión de la psicóloga Corina Mendoza, el bebé necesita que se estimule su desarrollo cognoscitivo, a partir del contacto físico con sus padres. Lo más importante durante el primer año de vida es proporcionarle estímulos y apoyos que contribuyan a la maduración de sus sentidos y motricidad.

Los padres deben saber que ni las letras, ni los números, ni lograr que pronuncien correctamente palabras, son enseñanzas relevantes durante esta etapa de su vida.

CONTACTO FÍSICO

Señaló que para responder satisfactoriamente a las necesidades de los bebés no se necesitan actividades muy estructuradas ni elementos costosos. Al contrario, advierte que los estímulos más sencillos son los que mejor percibe el infante.

En este sentido –dijo– el contacto corporal es fundamental. “El bebé necesita sentirse protegido, sentir el calor de quien lo sostiene, ser abrazado y acariciado, por eso, se afirma que la mejor actividad, además de los mimos táctiles, es el masaje, que puede realizarse en todo el cuerpo y a cualquier hora del día o de la noche”.

Narrar y cantar

Para la especialista en terapia familiar, adicional a los masajes y el contacto corporal, es necesario hablar con el bebé. “Es importante describiré lugares de la casa, las cosas que ve, cómo son el papá, la mamá y los seres que lo rodean, siempre con excelente pronunciación y exagerando las expresiones en su rostro.

Señaló que los bebés necesitan que se les cante, se les narre cuentos y que les simulen ruidos, como los que hacen los animales: la vaca, el león, la oveja, la rana, el pato, el gallo y el cerdo, entre otros. “Póngale música en un tono moderado, bríndele juguetes que emitan sonidos o realice ruidos con elementos comunes como los tamborcitos y las sonajas”, dijo.

CUIDADOS BÁSICOS

Recomendó que cuando le hacemos jugar, es necesario presentarle los juguetes al bebé, hay que hacerlo en forma lenta para que no se asuste, de esta manera podrá fijar su mirada en él.

También, al cambiarle los pañales debemos ser suaves, hablarles mientras lo hacemos, igualmente cuando lo alzamos o acostamos. “Si hacemos esto a toda prisa o apurados podemos provocar en el bebé reacciones emocionales negativas”, agregó.

Esas recomendaciones no servirán de nada –dijo– si no se alcanza un óptimo desarrollo y apropiado del cerebro, un bebé tiene que ser sano y estar protegido de enfermedades y otros riesgos. La promoción del desarrollo de un cerebro sano puede comenzar aun antes del embarazo.

Durante el embarazo, indicó que el cerebro puede ser afectado por muchas clases de riesgos, como enfermedades infecciosas, por ejemplo el citomegalovirus o el virus del Zika; también por la exposición a toxinas (incluidas las provenientes de fumar o del alcohol), o riesgos de cuando las madres embarazadas experimentan estrés, trauma o afecciones mentales, como la depresión.

La atención médica de rutina, durante el embarazo, puede ayudar a prevenir complicaciones, incluido el nacimiento prematuro. El examen de un recién nacido puede detectar afecciones que son potencialmente peligrosas para el cerebro del bebé.

 
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