Max Yave Miranda
Con las reformas el sistema electoral realizadas durante el gobierno del ex presidente Evo Morales, el MAS resultó ser el único partido con presencia y representación política. El poder totalitario sobre los órganos de gobierno en las últimas elecciones presidenciales condujo a digitar el monstruoso fraude electoral que motivó la renuncia del presidente, las aprehensiones de los vocales electorales, la posesión de la flamante presidenta Jeanine Áñez y la elección de los notables del Tribunal Supremo Electoral.
En medio de esta incertidumbre electoral corresponde preguntarse ¿será adecuado proseguir con un sistema electoral caracterizado por la presencia de un Ejecutivo dominante?, es la pregunta que merece ser abordada para considerar la pertinencia de reorientar el actual diseño electoral.
El resultado de someterse al gobierno de turno
El otrora vergonzoso Tribunal Supremo Electoral, al verse sometido a los objetivos políticos de un gobierno autoritario, ha moldeado la reglas del juego electoral según los intereses políticos de quienes pretendían perpetuarse sin importar el estado de derecho democrático que vive el país. Con la pérdida de independencia, han echado por la borda los valores de respeto, dignidad, justicia, transparencia y los principios de legalidad, independencia e imparcialidad.
Consideraciones para un sistema electoral
Ante el carácter plurinacional de nuestro país, se debe lidiar con los principios del sistema plural/mayoría y los sistemas proporcionales y con sus variables electorales, para que libre de injerencia política, el Órgano Electoral Plurinacional se constituya en un genuino garante de la democracia, con capacidad para promover la formación equilibrada de partidos políticos, moderar las tensiones y conflictos electorales. Esto implica asumir una administración idónea, libre de toda injerencia política partidaria y sometimiento al autoritarismo.
Lineamientos para diseñar el sistema electoral
Los miembros del Tribunal Supremo Electoral, como garantes de la democracia, tienen el deber de proponer un plan de salvataje que permita modificar el actual sistema electoral, asegurando los principios de imparcialidad, independencia, transparencia y representación de todos los votantes y partidos políticos. Para este cometido deben:
a) Reorganizar la planificación, organización, administración y ejecución en el marco de la democracia que vive el país.
b) Promover el control previo de constitucionalidad del conjunto de normas constitucionales, legales, reglamentarias para garantizar el ejercicio los derechos políticos del lector y el legible.
c) Abrir el sistema político, flexibilizando el sistema de admisión hacia nuevas opciones políticas para de esta forma abrir el abanico de las propuestas políticas.
d) Regularizar los procesos electorales y sus procedimientos saneando la legalidad de los votantes desde la inscripción del electorado, las candidaturas en pleno apego a la Constitución, su financiamiento, votación, escrutinio, atención de impugnaciones y procesos contenciosos jurisdiccionales derivados de fraudes electorales.
e) Visualizar y controlar los escenarios futuros, pensando en las experiencias del funesto pasado sistema electoral.
Asumir defensa para la acción de repetición
Ya que el fraude electoral ocasionó una atípica crisis estructural que enlutó al país, en sujeción al mandato de la Constitución Política del Estado y la Ley del Órgano Electoral los miembros del Tribunal Electoral además deben interponer la defensa de una acción de repetición contra todos los servidores públicos del Órgano Electoral para que rindan cuentas por el despilfarro de más de 217 millones de bolivianos.
El autor es investigador en Ciencias Sociales y Jurídicas.
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