Desde el Posokoni
Ramiro Ramos Andrade
Fueron casi 14 años de un régimen que llenó de ilusión a la mayoría boliviana, en especial en Huanuni. En 2005 Evo Morales empezó su campaña política, precisamente en la capital del estaño boliviano, donde tuvo encuentro con la prensa en la sede de la ex Ferecomin Huanuni, donde trataba con arrogancia a la prensa minera.
Luego de su triunfo se empezó a notar un desconocimiento de la política minera que debería regir en todo el Estado, nombró como ministro de Minería a Walter Villarroel, entonces se avizoraba un conflicto sobre el Posokoni entre cooperativistas y asalariados de la Empresa Minera Huanuni (EMH), por áreas de trabajo.
Luego de confrontaciones verbales mediatizadas entre ambos bandos ((se habló hasta de la compra de todo el yacimiento a la inglesa RBG por parte de los “copes”, cuyos dirigentes hasta viajaron a Londres para ello) antes de aquel nefasto 5 y 6 de octubre de 2006, en una muestra de total desprecio por la vida oímos las palabras de Álvaro García Linera, quien sostuvo que en vista de no haber solución a dicho enfrentamiento, “regalaría cajones” para los mineros muertos por el enfrentamiento.
Esos aciagos días vimos toma (por parte cooperativistas) de áreas de los asalariados, los cuales hicieron retroceder a éstos y desplegándose al camino antiguo a Llallagua, desde dónde procedían a “llantear”, enviando dinamitas en llantas para destruir las instalaciones de EMH. Resultado: fueron 13 muertos, más 80 heridos y una desaparecida: Teodora Ticona de Calle.
Luego vino la pacificación, en la que intervinieron el ex subprefecto de Huanuni, Víctor calle, el sec. de Minería de la gobernación, Genaro Canaviri, de Waldo Albarracín, Cristóbal Bialasik, u otros.
La unificación dio una EMH con más trabajadores, absorbiendo a la gran mayoría de cooperativistas, aproximadamente 5.000, con el DS Nº 28.901, de 31 de octubre de 2006.
Se vino un manejo irresponsable de la minería: El gobierno de Morales invirtió 1.490 millones de dólares el año 2008 (entre ellos el elefante blanco llamado ingenio de Lucianita) para reactivar la EMH, y obtuvo una utilidad de 70 millones de dólares en 10 años (el 3.6% de lo invertido). Para generar ganancias solo se requiere 2.000 trabajadores; las pérdidas se dan porque la empresa contaba con excesivo personal; en 2006, 4.000 cooperativistas pasaron a planillas de la empresa. De paso el “juqueo” (robo del mineral generalmente por los propios trabajadores).
Las pérdidas son millonarias (unos 2 millones de dólares mensuales).
Los trabajadores ganan desde un mínimo de Bs 5.000 y máximo Bs 45.000, una mayoría dirigencial parasitaria que apoyaba a cambio de dadivas al “proceso de cambio” (Pedro Montes, Juan Carlos Huarachi u otros) recibía entre Bs 10.000 y Bs 15.000. En más o menos 10 años, de los 1.940 millones de bolivianos no se rescató ni el 10% de la multimillonaria inversión.
El actual gobierno debe realizar auditoria a tantas irregularidades y estos dirigentes vendidos tendrán que rendir cuentas de sus actos, estaremos pendientes de ello.
El autor es ex oficial de culturas de Huanuni.
email: ramiro@periodistas.com
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