Cuando el señor Evo Morales, luego de renunciar a la Presidencia de la República después de dos períodos constitucionales y uno ilegal que parecería era destinado a un cuarto período, jamás el pueblo boliviano concibió la idea de que, una vez alejado del poder absoluto que tenía, se convertiría en una especie de Atila, rey de los hunos, que sembró violencia, terrorismo y muerte en Europa. El ex–presidente, parece que estaba convencido de que el país era de su propiedad y que él estaría en el gobierno indefinidamente y luego pasaría a cualquiera de sus seguidores y, con ese convencimiento, llegado a tierras extranjeras empezó una campaña de insultos y amenazas hasta el anuncio de que formaría milicias armadas.
Para él, las FFAA y la Policía han dejado de tener vigencia e importancia en el país y que son las únicas entidades que constitucionalmente pueden portar armas pero con fines específicos sin que ello signifique estar contra el pueblo y ocasionar actos de violencia y muerte. Al parecer cree necesario organizar milicias que se pongan al frente de militares y policías para contrarrestar toda protesta o acción en contra suya como de su partido.
Extraña y decepcionante forma de expresar “cariño y lealtad a Bolivia” como muchas veces dijo; una forma para anular toda oposición, cualquier protesta y todo sentimiento de rechazo del pueblo. Lo extraño es que él, conocedor del pueblo, que lo apoyó y votó por él para dos períodos en la Presidencia y después debido a los justificativos ilegales que arguyó el MAS y por decisión del Tribunal Constitucional ejerció un nuevo período (2014 a 2019, faltando tan sólo dos meses y fracción).
El Sr. Evo Morales ha olvidado sus promesas de amar y servir al pueblo y hoy tuerce totalmente esas intenciones y pretende sumir al país en la violencia con terrorismo que casi siempre es causante de muerte y destrucción. Es, pues, extraña esta conducta que solamente puede deberse a una ambición de más poder político del que tuvo e incrementar las fortunas que con seguridad ha reunido en su vida durante el tiempo de permanencia al mando de los cocaleros, de su partido y del gobierno de la nación. Lo que tiene seguramente es una manía incurable que no le da espacio ni tiempo ni condiciones para pensar, meditar en cada una de sus frases y amenazas. Tarde, muy tarde, se retractó, dos días después de haber proferido sus prevenciones y amenazas.
El daño inferido al país en casi 14 años es más que suficiente para satisfacer hasta a las mentes más atrofiadas que busquen causar daño al pueblo a sus instituciones y al país; ¿qué pretende con sus prevenciones-amenazas? ¿Considera que el gobierno y el pueblo en general permitirán que prosperen esos cuadros formados especialmente para matar y destruir? El país, si se hiciese un balance completo de todo lo ocurrido en 14 años, llegaría a establecer que es un conjunto de escombros superiores a lo causado por bombas que han caído en varias ciudades europeas en la Segunda Guerra Mundial porque los daños ocasionados no solamente son materiales; son, en todo caso, los lastimados y heridos, los muertos por defender causas nobles, los que soportaron destrucción y desmembración de hogares, muertes de niños, mujeres y ancianos.
A dos días de su prevención-amenazas sobre la implantación del terrorismo mediante guerrillas, el ex–presidente y jefe de los cocaleros del Chapare se retractó de sus afirmaciones; pero, ¿Quién le cree? Él, por los antecedentes que tiene de haber destruido la economía nacional, haber infringido graves daños al país y al pueblo, haber defraudado la confianza nacional y prácticamente, haberse reído de los reclamos del pueblo viajando acompañado de favoritos y adulones a todos los países del mundo utilizando el avión que compró con 45 millones de dólares para satisfacer sus delirios de grandeza y egolatría; ¿cómo puede pensar que el pueblo crea en su arrepentimiento?
Cuidado, pues, la prevención-amenaza quedará latente y todos tenemos la obligación de conciencia con el país de preparar la defensa de la patria; por otra parte, ¿qué dirá la parte consciente del masismo con la postura de su caudillo? ¿Aceptarán el reto de conformar un ejército guerrillero que siembre violencia y muerte en el país? ¿Aceptarán se cumpla un pretendido retorno de quien pudo hacer mucho bien y causó mucho daño?
El país, ante las incitativas de violencia y la amenaza de conformar un grupo armado en contra del país y su institucionalidad y de los derechos humanos de la población, está preparado porque tiene conciencia de lo que mucho que significan 14 años de dictadura inmisericorde que se ejerció contra una nación siempre merecedora de vivir en paz.
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