¿Por qué no sería posible gobernar sin Parlamento?

Ha causado extrañeza en la colectividad el criterio en sentido de que “no sería posible gobernar sin el Poder Legislativo”; un criterio que no siempre se ajusta a la verdad porque revisadas las páginas de la historia que muestra diversas experiencias, señala que han sido posibles buenos gobiernos que han ejercido el mando de la nación sin la existencia de senadores y diputados.

Efectivamente, lo ideal siempre será que el Estado y los gobiernos con él, funcionen con vigencia de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para cumplir estrictamente con los mandatos constitucionales, sin ignorar que de los tres poderes el que ocupa el primer lugar es el Poder Legislativo; pero cuando ha habido gobiernos sin su vigencia y acción permanente, fue por razones y circunstancias muy especiales, como ocurre actualmente. No debería haber un Legislativo porque no han sido elegidos ni senadores ni diputados por el hecho de que las elecciones del 20 de octubre /2019 son nulas de hecho y derecho, debido al fraude cometido a favor del candidato oficial, y si esas votaciones no han servido para Presidente y Vicepresidente, automáticamente, no sirvieron para conformar cámaras de senadores y diputados.

Por este hecho, ante la carencia de un nuevo Legislativo, senadores y diputados masistas han insistido en que “se prorrogue su mandato”; hecho que constitucionalmente no era posible; al contrario, sería hacer que el Legislativo actúe de facto, fuera de la Carta Magna y de las leyes. No se debió ampliar períodos de los componentes del Parlamento. El caso de la Presidenta de la República es diferente, pues es Presidente legal y constitucional porque ha cumplido con las disposiciones constitucionales, porque era Presidenta de la Cámara de Senadores, por línea sucesoria, y asumió el mando nacional con una finalidad: convocar a elecciones generales, hecho que se cumplirá por la convocatoria respectiva al margen de las labores inherentes a su cargo. Y pasado el 3 de mayo y elegidas las autoridades respectivas, deberían ser posesionadas el 6 de agosto, Día de la Patria. Ese mismo día deberían tomar posesión de sus cargos senadores y diputados plurinominales (ambos designados “a dedo” por los partidos políticos) y, a la vez, los diputados uninominales que efectivamente hayan sido elegidos por el voto ciudadano.

Hasta ahora, la Presidenta y su gobierno cumplen con los preceptos constitucionales; pero pensar en que “no es posible gobernar sin un Parlamento” está alejado de la realidad, porque el ejercicio honrado, honesto y responsable de los mandatos es positivo y demuestra que es posible gobernar sin mayor intervención del Parlamento, cuyos componentes terminaron su mandato el 22 del presente mes y no había posibilidad de prórroga alguna.

Los últimos casos de continuidad constitucional son los de Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé; el caso de la Sra. Jeanine Áñez es, igualmente, efecto de circunstancias especiales y es absolutamente legal y constitucional.