Ética, moral y política

En las aulas universitarias, en las carreras de Derecho y Ciencias Políticas se produce en forma permanente un debate sobre las concepciones de ética, moral y política.

En el ámbito de reflexión, con mayor o menor acuerdo, la ética política construye discursos normativos orientadores de la actividad pública. Le interesa la explicación mesurada de lo que debe ser la política desde determinados criterios morales.

El actual escenario político en torno a las próximas elecciones me induce a exponer lo siguiente.

Estudiosos y filósofos señalan que la ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Un juicio sobre ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc., en lo referente a una acción o a una decisión.

La relación entre ética y política en la democracia moderna no deja de ser tensa, ya que ésta última introduce un fuerte relativismo moral. Si bien permite la coexistencia en un plano de igualdad de las distintas concepciones propias de toda sociedad compleja, no puede ser sostenido en el campo de la política. Es aquí donde el poder, al penetrar la dimensión ética, introduce en ella la más grande distorsión, ya que el discurso de la ética se convierte en una mera forma de justificación del poder. Esto es lo que hace que la constante tensión entre ética, moral y política nunca tenga un modo único o, incluso, satisfactorio de un principio dentro de una escala de valores. Solo la implementación de una lógica parte del reconocimiento de la ambivalencia que se entabla en la relación entre ética y política, que puede servir de resguardo ante aquellas distorsiones.

La ética es, pues, una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. Es importante recordar a Jean J. Barthélemy: “A las plantas las endereza el cultivo; a los hombres, la educación”.

Desde inicios de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética. Platón afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el Gorgias busca superar el placer y la ley del más fuerte. La importancia de lo que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento. Platón En su obra La República aborda juntamente la ética individual y la ética pública, con una compleja teoría del Estado, que encuentra complementos y puntos de vista diferentes en otras dos obras, el Político y las Leyes.

La Ética, seguramente el más importante tratado de ética de Aristóteles, se basa en la premisa de que todo ser humano busca la felicidad, la prosperidad. Para Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar completamente sus potencialidades. El bien, que es la realización de las capacidades, es cumplir su función propia, aquello que solo él puede realizar. También los seres humanos están orientados a la realización plena de la función que les es propia. El problema que se suscita, entonces, es cuál es la función propia del hombre. Y si acaso hay más de un bien propio del hombre, ¿cuál es el bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar el ser humano?

Solo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no son morales ni inmorales las acciones forzosas, por circunstancias. Lo que es moral es la acción que depende de la voluntad, si se actúa de modo correcto.

Dejo a su criterio el juicio sobre el accionar de los candidatos para las próximas elecciones.