Soluciones con Nueva Ley de Pensiones

En días pasados publiqué en un matutino (22/01/20) un artículo titulado “Nueva Ley de Seguridad Social”. Era necesario abrir el caso, ya que los problemas que existieron y que son una realidad, hacen urgente tocar el tema, considerando los pedidos de sectores de trabajadores y los ofrecimientos que se les hicieron. Y es que cansada de que el anterior gobierno tomara medidas fuera de lugar, la población salió a las calles y contó con la ayuda decidida de los jóvenes del país, la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas. Los gobiernos han cometido errores muy serios en el campo de la seguridad social, eliminando con últimas disposiciones la solidaridad, ya que como ejemplo vemos que la misma no existe y solo nos lleva a decir que lo más aconsejable es no trasplantar soluciones de otro sistema, porque son inapropiadas, solo engendran nuevos problemas, ya que generalmente lo importado no se ajusta a las necesidades y la realidad boliviana.

La seguridad social es un concepto polivalente, porque puede aplicarse a distintos tipos de protección social que el hombre necesita para vivir sin temor, con fe y dignidad.

De ello se deduce que el modelo de seguridad social debe ser claramente inspirado por el principio de subsidiaridad del Estado, en virtud del cual, éste se compensa a través de los mecanismos económicos de solidaridad nacional (impuestos del Estado). Por las insuficiencias de la Seguridad Social, hay sectores que están prácticamente marginados por el hecho de llegar a la vejez, ya que no han alcanzado el desarrollo social a que tienen derecho.

La evidencia de que en el presente no cabe la Seguridad Social sin la aportación del Estado y como Estado Patrón, Patrón y el Trabajador, es una realidad inexcusable. Sabemos que la misma puede contribuir eficazmente a una redistribución de los medios y las reservas, según criterios de justicia y equidad y, por tanto, puede considerarse uno de los instrumentos para reducir los equilibrios en el tenor de la vida y de los ciudadanos.

Todo país debe mantener y aumentar el vigor moral y físico de su población, preparar el camino para las generaciones venideras y cuidar de los que han sido eliminados del trabajo productivo.

Ahora bien, cuando me refiero al sistema propio del Régimen de Largo Plazo, lo hago con la convicción de ingresar a la realidad de las jubilaciones, donde hace mucho tiempo el Estado ha olvidado profundamente sus obligaciones respecto al trato a los ex trabajadores y por ende a sus jubilaciones. Lo importante es que se debe realizar un estudio matemático actuarial, donde exista la participación tripartita en los aportes, de manera que los activos forzosamente deben tener una renta mínima del 70 %, indudablemente con ciertas características, para quienes tiene salarios muy superiores y es importante, a partir de las nuevas disposiciones, borrar la división que existe entre dos tipos de jubilados (Senasir, SIP), porque esa forma demuestra automáticamente discriminación.

El Seguro Social es el mejor medio para conservar e incrementar la capacidad de trabajo, al procurar la salud de la clase trabajadora y darle una garantía que le permita mirar el porvenir y, en suma, cimentar sólidamente la paz social, poniendo en conocimiento que tendrán una vejez feliz. Mientras que si seguimos con el sistema actual, solo veremos cada vez mayor pobreza, agregando que debe estar basado en un equilibrio financiero, relacionando los aportes con las prestaciones y estableciendo cálculos actuariales sobre sólidas bases matemáticas, debiendo fundarse en un sistema estadístico por sectores, aplicando la tripolaridad.

Este problema deben analizarlo, lo más pronto posible, para cumplir con las organizaciones que pidieron que sean solucionados sus problemas, que resultan del paso a la condición pasiva. Pero en la actualidad, mientras tanto se debe conceder los incrementos anuales a los jubilados en forma similar a los de los activos, olvidándose del sistema inversamente proporcional. De este incremento deben ser partícipes todos, en forma lineal, que quiere decir que el mismo porcentaje se debe conceder a quienes fueron perjudicados por el tope de Bs 7.974.79, al dar paso a una injustificada disposición.

En consecuencia, que se suspenda el tope de rentas, lo cual casi siempre desconecta al hombre de la sociedad o de la familia, frente a las obligaciones económicas y por la pérdida de sus ingresos, que son completamente alejados del origen. Por ello es imprescindible que el Estado dé prioridad al presente planteamiento a la brevedad posible, de esta manera se podrá dar por concluido un problema que lleva años sin solución.

Por otra parte, podría no tocarse más la desigualdad de las rentas del sector militar, en este caso se debe volver a su DL Nº 11.901. En cuanto a un mejor trato que piden otros sectores, éste se conformará sobre la base del nuevo estudio, que en ningún caso debe ser menor al 70 % de su promedio salarial. En la actualidad, uno de los sectores que podría tener solución directa es la Policía Boliviana, contando con su propio sistema autónomo.