Uno de los más importantes poetas bolivianos de la primera mitad del siglo pasado, Franz Tamayo Solares (1879-1956), escribió la Balada Claribel. Transcurrido el tiempo fue musicalizada y la letra dice así en dos fragmentos:
En la desolada tarde, Claribel/ al claror de un sol que no arde, Claribel/ me vuelve el amante alarde,/aunque todo dice: ‘es tarde’, Claribel./ Lleva en sus alas el viento, Claribel/ Tu nombre como un lamento, Claribel…
No es otra cosa que el profundo sentir del vate ante la partida de un amor, entrañable y siempre recordado en su dilatado tránsito existencial:
El tiempo es por siempre ido, Claribel/ y eres quizás todo olvido, Claribel./ Mas yo, iluso descreído, aún pienso/que me has querido, Claribel.
Poema del culto autor paceño, a quien Fernando Diez de Medina llamó “Franz Tamayo, Hechicero del Ande”, título de un libro de carácter biográfico editado en 1942; obra que fuera calificada por el biografiado como una agresión y refutó en un extenso documento “Para siempre”, inicialmente publicado en EL DIARIO y con posterioridad bajo la modalidad de un folleto. Diez de Medina en respuesta escribió otro trabajo de similar extensión “Para nunca”, en defensa de la obra de su autoría. Polémica que durante largo tiempo fue materia de comentarios de prensa, a favor de uno y otro de los contendientes.
Pues bien, el alcance del presente trabajo es destacar la valía de la Balada Claribel, que tiene visos de intemporalidad; por lo que las nuevas generaciones deben leerla y si es posible memorizarla, porque como expresión de la corriente modernista es alta creación de poesía amatoria. Y el autor se erigió en el más representativo del ámbito literario de su época.
José Zapata, cantautor que ganó popularidad en nuestro país, interpretó en 1975 el tema Claribel musicalizado por Carlos Alberto Romay. Otra versión difundida fue Serenata para Claribel a cargo de Fernando Reche y su orquesta de cámara, sin canción y sólo tema instrumental. Tal vez el más popular y conocido es Claribel cantado de modo primicial en La Paz por Gian Franco Pagliaro en 2004, voz de barítono que hizo vibrar de emoción a la masiva audiencia; a quien se lo consideró ciudadano argentino de corazón italiano, y en dicha ocasión declaró a la prensa haberse sentido fascinado por el poema de Tamayo. El 27 de marzo de 2012 falleció este verdadero trovador.
Antes de finalizar, corresponde preguntarse sobre la motivación que tuvo Franz Tamayo para escribir la Balada Claribel. Según el investigador orureño Carlos Condarco Santillán el móvil no fue otro que: “El fin de su matrimonio con la francesa Blanca Bouyon”, debido al contraste del modo de vida entre París y La Paz, abismal en aquel tiempo. El padre de Franz le costeó el viaje a Europa para que estudie en La Sorbona de París en 1908 y posteriormente, en ocasión de un viaje realizado a Londres, conoció a Blanca y se enamoró de ella, contrayendo más tarde matrimonio sin el conocimiento de sus progenitores. “Sin embargo, Tamayo halló consuelo y apoyo en María Galindo, con quien se unió por segunda vez, al margen del matrimonio, compartiendo los resultados buenos y también las adversidades de una multifacética actividad de abogado, poeta, pensador, ensayista, periodista, dramaturgo y parlamentario”, acota Condarco Santillán en su opúsculo La dedicatoria de la Prometheida.
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