José E. Pradel B.
Quizá uno de los hitos más pintorescos entre Francia y Bolivia en el Siglo XIX, fue el arribo de artistas viajeros que testimoniaron a través de representaciones gráficas, aspectos salientes de la naciente República de Bolivia, como paisajes, vestimentas y costumbres de nuestro pueblo.
Uno de esos primeros viajeros fue el naturalista Alcide d’Orbigny, quien acompañado por el dibujante Emile Lassalle, realizaron valiosos bosquejos del puerto de Cobija (La Mar), entre otros lugares y aspectos significativos. Mucho tiempo después, otro destacado explorador, el naturalista Francis de la Porte Conde de Castelnau junto a Hugh Algernon Weddell, esbozaron una serie de estampas o representaciones de las poblaciones nativas de nuestro país.
En esta misma línea, el artista Barthélémy Lauvergne y el teniente de fragata Philippe-Victor Touchard, ambos tripulantes de la corbeta ‘La Bonite’, representaron la rada de Cobija y el artista itinerante André-Auguste Borget, esbozó el dibujo intitulado: ‘Balsas (embarcaciones pesqueras) en la costa de Bolivia’. De esta época también destacamos la labor del pintor y músico Amédée o Amadeo Gras quien recorrió nuestro territorio, dirigió la Academia de Pintura de Chuquisaca (1835) y retrató al Mariscal Andrés de Santa Cruz.
De esta manera, poco a poco se difundía nuestro país en Europa a través de imágenes. A esto contribuyó el diplomático Léonce Angrand, quien realizó significativas ilustraciones de las principales ciudades, además de las ruinas de Tiawanaku. Paralelamente, el pintor Jean François Allus, arribó a nuestro país contratado como profesor de dibujo en el Colegio de Ciencias en la ciudad de La Paz, en 1848. Más adelante, el artista Jean-León Pallière plasmó sus impresiones sobre Bolivia, en la obra: ‘Diario de un viaje por la América del Sud’.
Es necesario destacar que también ilustraciones gráficas de vistas urbanas, escenas rurales y vestimentas, acompañadas por textos descriptivos sobre nuestro país fueron publicados en impresos de divulgación masiva, como por ejemplo la obra: ‘Voyages autour du monde et naufrages célébres’, del capitán de marina mercante Gabriel Lafond de Lurcy o revistas de circulación, como: ‘L’Illustration’, ‘Le Tour du Monde’ y el ‘Correo de Ultramar’.
Por otro lado, el arte francés ejerció una fascinación sin límites en las nuevas élites aristocráticas, de esta manera, en el gobierno del general Ballivián arribaron marmolistas y decoradores franceses, como por ejemplo el hábil Lemeteyer, quien realizó las decoraciones y pinturas de los palcos y plafón del actual Teatro Municipal de La Paz y para la década de 1870, Joaquín Rigalt encabezaba la lista de los principales pintores decoradores de dicha ciudad. Asimismo, el academicismo francés también influyó en pintores bolivianos como Melchor María Mercado y Antonio Villavicencio, a quien se le atribuye la autoría de la serie de cuadros sobre la Batalla de Ingavi, ‘mandados litografiar por un boliviano’, en la imprenta Lemercier de París.
A modo de conclusión a través de esta nota, destacamos la labor realizada por diferentes viajeros e impresiones francesas que representaron en grabados o ilustraciones a la naciente República de Bolivia, que ahora son parte del patrimonio artístico de nuestro país.
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