David Lozano Suntura
La relación entre la educación y la revalorización de nuestras costumbres y tradiciones, como práctica educativa es fundamental y la sociedad, partiendo de la familia, debe reflexionar sobre la alienación cultural que arrasa a nuestra niñez y juventud. Lo peor es que la influencia es tan grande, que los padres y madres de familia también están alienados culturalmente. Por esta preocupación es menester trabajar desde los hogares, en procura de concientizar sobre valores culturales. Que las Unidades Educativas sean centros de revalorización, comunicación y sean transmisoras de costumbres y tradiciones culturales propias.
La revalorización y resguardo de nuestros valores culturales depende del trabajo de la sociedad y es un deber del maestro dar el primer paso en tal sentido. Como implica a todos los actores de la sociedad boliviana, es necesario concientizar sobre el rescate de valores culturales. Lastimosamente, hoy es desmedido el ingreso de música, danza y otros, ajenos a nuestro país.
El trabajo de los educadores es sacrificado en este cometido, pero no imposible de realizar y así también conseguimos que el mundo conozca nuestra realidad cultural, logrando parar la copia y el robo de nuestras danzas y músicas, iniciando una nueva era de posteriores investigaciones culturales de nuestros pueblos. Sabemos que las costumbres y tradiciones son una transmisión visual y oral permanente que almacenamos a través de siglos en la memoria activa y al reproducirla sabemos que se encuentra expuesta a variaciones, reinvenciones y, principalmente, al hurto de esa riqueza cultural que posee un pueblo.
Pero es también cierto que si sabemos cuidarla, ésta se enriquece en el tiempo. Lamentablemente, en la actualidad nuestra riqueza cultural sufre cambios y variaciones significativas por la alienación de la sociedad, ya que nuestros estudiantes en los centros educativos se avergüenzan de sus danzas, su música y, por supuesto, de sus costumbres y tradiciones, porque la influencia de la globalización es tan grande, que afectó a los maestros y peor aún, a padres y madres de familia. Medios de comunicación como la televisión y el internet son factores importantes para este proceso negativo de alienación cultural.
Sabemos que estamos en una era marcada por diversos cambios, por lo que los maestros deben esforzarse en el sistema educativo actual para el cambio requerido, investigando y desenterrando la música y danzas de tierra dentro y universalizarlas a partir de la concientización y revalorización en sus estudiantes. El reto está en entusiasmar al estudiante con la riqueza cultural que tenemos, para que conozcan, aprecien y amen las manifestaciones culturales propias.
Es necesario partir de la realidad, asumiendo que nuestra sociedad está plenamente identificada con la música y las danzas foráneas y es ahí donde los maestros deben hacer investigación, no como hasta ahora. En las unidades educativas se promueve festivales de danzas, donde poco o nada hace el maestro de educación musical, dejando solos a los estudiantes y ellos, obviamente, escogen el reggaetón y otras prácticas culturales. En cambio, si el docente acompaña todo el proceso, desde la selección del tema, la investigación del mismo y la práctica guiada y orientada, nuestros estudiantes en un tiempo cambiarán de actitud, apreciando su identidad y revalorizando su cultura.
A esto se suma la práctica y gusto de padres y madres por la música foránea, lo que consolida la alienación de otros miembros de la familia. Por esta razón la tarea de revalorización debe iniciarse en la familia, en la escuela, terminando en el grupo social. La transmisión del legado cultural es trabajo de todos los actores sociales, y se debe trabajar en el currículo, venciendo las dificultades presentadas en el proceso, formando parte de nuestra institución educativa.
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