La intromisión en asuntos internos de Bolivia por parte de delegados de la Unión Europea y Naciones Unidas es observada por la opinión pública del país, por su notable incidencia y parcialidad, al contrario de la seriedad y neutralidad de sus obligaciones. No solo eso. Está visiblemente inclinada a la política del gobierno y del régimen desplomados en noviembre pasado por una insurrección popular y que desea restaurar el sistema populista antinacional y antidemocrático de Evo Morales-Álvaro García Linera.
Esa inclinación de los delegados de dichas organizaciones internacionales en Bolivia es ostensible y su injerencia en nuestro país salta a la vista por su intervención objetiva en aspectos fundamentales de la vida nacional.
Al respecto, sería suficiente hacer referencia a que cuando regía el régimen político de Evo Morales con la práctica de sistemas dictatoriales y contrarios a los derechos humanos y a la Constitución, esos organismos no decían esta boca es mía y hacían de la vista gorda en manifiesta actitud de indiferencia deliberada.
Pero, al contrario, en el presente, en cuanto el pueblo insurrecto expulsó al gobierno cocalero, los delegados de la UE y NNUU aparecieron muy activos e interviniendo abiertamente a favor de la dictadura depuesta. No solo eso, sino se incorporaron en instituciones nacionales imponiendo puntos de vista antidemocráticos y con afinidad con el grupo de Evo Morales, que se quedó en algunos sectores del gobierno a pesar de que masistas fueron expulsados por la ira popular. Nos referimos a los casos de sugerir y hacer sancionar leyes en la Asamblea Legislativa, no solo contrarias a los intereses del país, sino también a la ética política más elemental y, además, presionar para que el Poder Ejecutivo las promulgue.
Esos aspectos no son imaginarios y en términos de Derecho consisten en intervención directa en asuntos internos de una nación. Es más, esas soluciones propuestas no condujeron a resolver la crisis, sino la embrollaron aún más e inclusive con el agravante de la participación de autoridades del viejo orden de cosas y el silencio de algunas nuevas.
Un último ejemplo se comprueba en días recientes, pues los delegados foráneos aparecen convertidos en celosos guardianes de unas elecciones libres a realizarse en mayo y en dragones vigilantes para evitar supuestas irregularidades electorales, delitos que dejaron pasar a su vista durante las elecciones de octubre pasado.
Esa abierta intervención en asuntos internos del país debe ser observada por mecanismos del gobierno, como la Cancillería y otros, de tal forma de hacer cumplir disposiciones nacionales e internacionales, y obligar a respetar la soberanía nacional.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |