EMPRENDEDORES
David Navarro
Sucede en cada primer encuentro: el proceso de la primera impresión entra en juego, y quieras o no, estás dentro. Olvida que romperás el hielo al abrir la boca; es tu lenguaje corporal y, sobre todo tu cara, lo que determinará la impresión inicial que tu interlocutor tendrá sobre ti.
“Nunca tendrás una segunda oportunidad para lograr una primera buena impresión”. Lo menciono en cada capacitación que doy en imagen ejecutiva cuando llega el momento de hablar del poder del lenguaje corporal.
No puedes decirle a tu cliente: “¿Te importaría si posponemos esta reunión? No estoy logrando dar una buena primera impresión de mí. Me siento nervioso, inseguro… generalmente no soy así, pero hoy no sé qué me pasó”. ¡Por supuesto que no! Si estás allí es porque has luchado por obtener ese encuentro, o bien, porque tu trabajo te pide que entables esa interacción. Así que es preciso que aprendas cuanto antes a salir avante y victorioso.
EL COSTO DE DAR UNA MALA IMPRESIÓN
Más de una vez te juzgarán erróneamente por la primera impresión que provoca tu lenguaje corporal. ¿Pareces amable o molesto? ¿Te ves gustoso de estar allí o no? ¿Te muestras con ganas de entablar una comunicación inicial? A partir de hoy, deberás ser mucho más consciente del poder que tiene tu comunicación no verbal en los negocios. Una interpretación errónea de ti podría costarte muy caro.
Nadie quiere hacer negocios con personas inseguras o poco experimentadas. Asimismo, difícilmente existirá gente dispuesta a pagarle a alguien que demuestra poco interés. Todos queremos sentirnos seguros de estar con la persona correcta para la solución que buscamos.
Primero que nada, es importante que dejes de creer que la primera impresión se trata sólo de tu vestimenta. Aunque es muy relevante, es uno de los muchos elementos que integran tu comunicación no verbal. Hagamos una pequeña reflexión. En cada interacción en persona sucede lo siguiente:
1. Hay un contacto visual primario.
2. Se presenta una sonrisa o un gesto de seriedad de ambas partes.
3. Tú lees el estado de ánimo de tu interlocutor y él hace lo mismo contigo.
4. Ambos se saludan verbalmente con un “Hola” y dicen su nombre.
5. Se da un saludo profesional al estrechar la mano.
6. Todo lo anterior sucede en menos de 10 segundos. Inconscientemente, en este pequeño lapso ambos han hecho un juicio inicial del otro. La primera impresión se ha dado, y será el punto de partida para la conversación o negociación en puerta.
COMUNICACIÓN NO VERBAL, CLAVE PARA TRIUNFAR
Entre más creces profesionalmente, más habilidades sociales necesitas para tratar con la gente. No requieres un posgrado o doctorado para entablar una comunicación personal y amena con un cliente; basta que sepas cómo adaptarte bien a los demás.
Zig Ziglar, célebre líder motivacional, orador y especialista en ventas, solía decir: “Si a la gente le agradas, te escuchará; pero si confía en ti, querrá hacer negocios contigo”.
Toma en cuenta estos tips:
1) Al conocer a una persona, recuerda tu reflejo en el espejo cuando estás contento y muestra esa cara. Sonríe. Provocarás que perciba que te agrada el encuentro y que eres una persona amigable.
2) Preséntate con buen volumen de voz y di tu nombre tranquilo. No pierdas contacto visual al hacerlo. ¿Parece obvio, verdad? Observa hoy cuánta gente al presentarse contigo dirá su nombre con volumen bajo y sin verte a los ojos. No es que no desee entablar una comunicación contigo: es probable que sea tímido o no sepa interactuar.
3) No importa qué tan complicado haya sido tu día, tu interlocutor no tiene la culpa. Sé amable, muestra una actitud positiva y toma la iniciativa extendiendo tu mano para saludarle. Existe una regla en el lenguaje corporal: la persona con mayor energía es la que lidera, la que muestra el camino, proyecta seguridad y toma ventaja.
4) Da un saludo de mano firme y seguro (no de truena-huesos ni tan débil que proyecte falta de carácter).
5) Para proyectar seguridad, necesitas tener confianza en ti mismo y no apresurarte. Camina tranquilo y siéntete en control de la situación. Jamás te muestres ansioso, nervioso o dubitativo.
6) Al sentarte no te encorves ni te desparrames sobre la silla. Estás negociando, no escuchando a tu mejor amigo en la sala de tu casa.
7) Siempre pregúntate: “¿qué tan honesto y confiable me siento?” Ésa es la clave para proyectar exactamente lo mismo.
8) Si estás de acuerdo con lo que escuchas, mueve tu cabeza ligeramente para demostrarlo.
9) Coloca tus pies en dirección a tu interlocutor. Esto demuestra interés y respeto por la otra persona.
10) Acerca tu torso a la otra persona cuando estés en el clímax de la conversación o le comentes los puntos más importantes.
Por último, una advertencia: el lenguaje corporal que persuade es el que se expresa de manera natural, no mecanizada. Así que aprende a interactuar y hacer de un primer encuentro una experiencia amena.
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