Pasando circunstancialmente por la Villa Imperial, en El Potosino del pasado 29 de enero casualmente leímos el artículo “Habrá ley para el geoparque andino”, según el cual algún interés no identificado se afana en lograr pronunciamientos para dicho objeto. Al respecto, la presidente de la Comisión de Constitución de la Asamblea Departamental, María Eugenia Basagoitia, informó que en una sesión precedente obtuvo el respaldo para que el tratamiento de este proyecto de ley será en el Municipio de Torotoro; que “se busca promover y fomentar el patrimonio histórico, cultural, paleontológico, espeleológico, arqueológico y geológico del geoparque andino; y que la norma prevé coordinar entre el gobierno departamental y municipal para la asignación de recursos económicos destinados a proteger este atractivo”.
Está visto que el tema del medio ambiente está en la boca de todos, entendiendo que las áreas protegidas son la base más importante y el más eficaz medio para la conservación y protección del medio ambiente que, lamentablemente, es lo que no se ha cumplido durante el gobierno anterior, ya que su depredación fue más bien alentada. El famoso geoparque andino, según informaciones, ya ha sido declarado, sin ninguna competencia, por el Municipio de Torotoro. Por otro lado, está en trámite en la Comisión Economía Plural, Producción e Industria de la Cámara de Senadores otra ley con el mismo objeto y ahora en la Gobernación de Potosí también se gesta otra norma para establecer el mentado geoparque, sin que en ninguna de esas instancias sea gestor o participante activo el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), lo que viola la estructura jurídica de las competencias, lo que indudablemente resiente la institucionalidad jurídica del país.
¿No es un laberinto, mas propiamente un intríngulis, esta manera de accionar sobre cuestiones tan importantes, como es el tratamiento de la conservación y protección del patrimonio natural de una nación?; pues, es de todos conocido que el Parque Nacional Torotoro está declarado mediante una ley expresa, desde el año 1989 y su objeto es precisamente la conservación y protección de los relieves naturales, de los sitios arqueológios, paleontológios y espeleológicos, flora y fauna de los valles interandinos de la zona de Torotoro, provincia Charcas del Departamento de Potosí. Es decir, idénticos a los que propone el proyectado Geoparque Andino. Entonces, ¿es coherente y racional duplicar esfuerzos y recursos económicos para un mismo fin, sin que sea una intromisión y duplicidad innecesarias en objetivos sobrepuestos?
Lo correcto y más beneficioso es postular al Parque Nacional Torotoro, apreciado y admirado por todos los que lo visitan, nacionales y extranjeros principalmente, a la categoría de MONUMENTO NATURAL DE LA HUMANIDAD ante la Unesco, ¡como ha sucedido con otros lugares bellos del mundo! Para este fin tuvimos la iniciativa de preparar y entregar un dossier empastado a la entonces Prefectura de Potosí y a la Alcaldía Municipal de Torotoro, entre los años 2009 y 2010, que no tuvieron a bien iniciar las gestiones necesarias. Ese es el título que se debe perseguir para el Parque Nacional Torotoro, más acorde con su realidad y calidad geográficas y las aspiraciones para la conservación del medio ambiente.
Igualmente, ¿no sería mejor asignar los recursos de la gobernación y municipales, que propenden los impulsores del geoparque, al fortalecimiento de la administración del Parque Nacional Torotoro que languidece por la poca atención que da el gobierno a las áreas protegidas? Juzgue el público lector los despropósitos que se alienta en la administración pública.
El autor es creador del Parque Nacional Torotoro.
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