Llegó al Museo Costumbrista “Juan de Vargas” el 18 de diciembre de 2019. Estaba descalzo y arropado por retazos de lana de oveja que aún cuidan su cuerpo de siete centímetros, es rubio y tiene los iris celestes, pero los más de 300 elementos que lo acompañan denotan su gusto ch’ukuta. La familia Menacho Mesa lo adquirió en 1940 y desde entonces mantiene su rostro pálido y triste que no enseña fisuras.
Es el nuevo tesoro del repositorio municipal, un Ekeko que satiriza a los antiguos patrones europeos. A pesar de su tamaño, su pelo dorado y ojos celestes es lo primero que impresiona cuando se lo ve. Su tez blanca también lo diferencia del resto de diosecillos que reposan en el museo ubicado al frente de la plaza Riosinio. (AMN)